La radiografía es un procedimiento de gran ayuda en la clínica de animales menores pues nos permite llegar al diagnóstico de muchas enfermedades o problemas que pueden padecer nuestras mascotas.
Por Dra. Cynthia G. Portilla Calderón
CMVP 7834Dr. Luis Alberto Iturrizaga Murrieta
CMVP 7392
Veterinaria PET IT
La importancia de las radiografías es sin duda sin discusión. Esta imagen, sin ser invasiva, nos permite ver algunos órganos internos, tales como huesos o riñones y nos da una idea del estado en que se encuentran.
Las radiografías pueden servir para ver qué sucedió después de un golpe o caída y de ese modo ver si hay alguna fractura, fisura o luxación. En otras ocasiones nos ayuda a ver si nuestra mascota comió algún objeto que le está obstruyendo el intestino o el estómago e incluso podemos ver la cantidad de bebés que va a tener nuestra engreída.
Las placas radiográficas también nos ayudan con el diagnóstico temprano de ciertos males, tales como problemas articulares o cardiacos. Si tenemos un cachorro que empieza a caminar diferente o que cojea, podemos descartar una displasia de cadera o un problema en la rodilla con una placa. Sobre todo se recomienda placa de cadera en razas grandes como el labrador, el pastor alemán o el golden retriever.
Si por el contrario nuestro engreído ya está pasando los 7 años es recomendable sacar cada año, junto con sus análisis sanguíneos, una placa de tórax para descartar un posible agrandamiento del corazón que podría llevar a una insuficiencia cardiaca.
Y nunca está de más, dar un vistazo a la columna vertebral y las articulaciones para descartar los fastidiosos picos de loro (discoespondilosis) y la temida artrosis.
Los rayos X son uno de los mejores procedimientos que pueden ayudarnos a prolongar o hasta salvarle la vida a nuestro mejor amigo.