¿Cómo duermen los perros? ¿Es verdad que los perros sueñan? Pero, sobre todo: ¿sueñan como los humanos?
Cada vez más acostumbrados a considerarlos como personas, todos imaginamos que los perros sueñan con fabulosas figuras oníricas, como sucede a nosotros.
Pero, ¿estamos realmente seguros de que el perro sueña mientras descansa? Y si es así, ¿son sus ensueños similares a los que nos suceden a nosotros?
Si bien estudios de la Harvard University o de Evolutionary Neurobehavior Laboratory de la Boston Unìversìty y no se han resuelto científicamente los temas sobre el sueño canino, el conocimiento que tenemos del descanso de nuestro perro nos permite desentrañar un lado misterioso de su vida…
Sólo sabemos que a los mamíferos no se les puede privar del sueño, aunque las horas dedicadas a esta verdadera “recarga” del organismo difieren mucho de un individuo a otro.
Entre los hombres, por ejemplo, hay quienes no se sienten descansados hasta después de un sueño de diez o doce horas, mientras que para otros puede ser suficiente 4 horas y un pequeño descanso.
Surgen una diferencia aún más sorprendente entre las diferentes especies.
Desde las tres horas que un burro puede disfrutar de su descanso hasta las diecisiete horas que le dedica el gato en dormir, vencido en la carrera de la ociosidad sólo por el mapache, que, con sus dieciocho horas diarias de sueño, ciertamente gana la premio para el mamífero menos activo.
El perro se asienta en unas nueve horas al día, que es algo más que la media humana.
Sueños… de perros
Como ya se mencionó al principio, los científicos todavía se preguntan sobre los mecanismos que acompañan al sueño.

Es cierto, sin embargo, que esta actividad no está motivada sólo por la necesidad de descansar el sistema muscular, sino más bien por la necesidad de ofrecer a todo el cuerpo (y por tanto también a la mente) una recarga adecuada.
A estas alturas son pocos los que dudan de que el perro realmente sueña.
Incluso un profano puede notar cómo su amigo dormido a veces se sacude bruscamente o incluso gruñe y pone los ojos en blanco como si estuviera pasando por una pesadilla o un sueño muy agitado.
La actividad onírica canina ha sido objeto de estudios específicos que han mostrado importantes similitudes entre el sueño canino y el sueño humano, al menos en las fases más importantes (incluida la REM, es decir, la dedicada a los sueños).
Acurrucado es mejor
Seguro que la mente del perro en reposo está más estimulada por las fantasías olfativas que por las visuales, dado que su mundo es un concentrado de esencias y olores como no podemos ni imaginar.
Pero también es interesante observar en qué contextos y posiciones afronta el perro el periodo de descanso.
En primer lugar, hay que decir que, a diferencia del gato, el perro prefiere permanecer aislado durante el sueño, a menos que sea un cachorro.
De hecho, en el resto de los pequeños, el calor materno juega un papel de primera importancia.
En cuanto a la postura, el perro se acurruca de tal forma que se reparan sus partes más sensibles, como son los genitales, el abdomen y el pecho.
Esta es la posición preferida por la mayoría de los sujetos, aunque algunas razas, como el Bulldog, el Spaniel o el Pequinés, a menudo prefieren quedarse dormidos en la llamada postura de la “alfombra de noche”, es decir, con la espalda abierta, la cabeza apoyada en las extremidades anteriores y el vientre apoyado en el suelo.
Es una forma infantil de acercarse al sueño, común a todos los cachorros.

Dar vuelta en circulo
Sin embargo, antes de acurrucarse para dormir, el perro da vuelta en redondo en el lugar elegido para dormir. La mayoría lo considera un recuerdo ancestral, que se remonta a cuando el canino debía alisar el arbusto sobre el que descansaría.
Alguien, sin embargo, ha señalado que el gesto se vuelve más prolongado cuanto mayor es el esfuerzo físico del perro durante el día.
En ese caso, no se trataría en absoluto de un rito ancestral, sino de la búsqueda de la mejor postura con la que doblar la columna, puesta a prueba por el cansancio de caminar.
Como prueba de esta tesis, también se puede decir que el animal apenas se da la vuelta durante el sueño y empezar a dormir en la posición incorrecta podría ser cuanto menos molesto.
El perro tiende a dormirse siempre con la cabeza vuelta hacia la habitación donde se alojan sus amigos humanos.
Esto también puede entenderse como una medida dictada por la prudencia, con el fin de ponerse en la mejor posición para reconocer cualquier alarma e intervenir a tiempo.
Por lo tanto, esperamos más estudios para definir mejor el dormir y el sueño de nuestros amigos perros.