Al igual que los seres humanos, los perros también pueden experimentar momentos de angustia y miedo, y en ocasiones, esto puede llevar a ataques de pánico que resultan desconcertantes y aterradores tanto para el perro como para sus dueños.
Aunque la forma en que los perros perciben y responden al miedo es diferente a la humana, es fundamental comprender que su sistema nervioso puede desencadenar respuestas fisiológicas y comportamentales intensas en situaciones aterradoras o estresantes.
En este artículo, exploraremos lo que implica un ataque de pánico en un perro, cómo reconocerlo y, lo que es igualmente importante, cómo actuar de manera compasiva y efectiva para ayudar a nuestras mascotas en momentos de ansiedad extrema.
Desde los síntomas hasta las posibles causas y tratamientos, este artículo te proporcionará información valiosa sobre cómo manejar y entender los ataques de pánico en los perros, lo que te permitirá fortalecer aún más el vínculo especial que compartes con tu fiel amigo de cuatro patas.
Aunque su comprensión del miedo es diferente a la humana, los animales también reaccionan a situaciones aterradoras o estresantes con una serie de respuestas fisiológicas y comportamentales.
En los perros, la ansiedad puede manifestarse de muchas maneras diferentes y, en casos graves, puede incluso llevar a ataques de pánico, episodios súbitos e intensos que ocurren de manera incontrolable. Esto puede ser extremadamente perturbador para quienes lo experimentan, y aún más para un perro que no puede expresar sus miedos con palabras ni pedir ayuda.
¿Cómo reconocerlo?
Enfrentarse a un perro con un ataque de pánico puede asustarnos, especialmente porque podríamos no entender lo que está ocurriendo.
Los síntomas pueden variar de un caso a otro, pero generalmente incluyen palpitaciones y latidos cardíacos acelerados, exceso de saliva, respiración entrecortada y jadeante, como si se estuviera ahogando, temblores, entumecimiento en las extremidades y un comportamiento inusual, disociativo o incluso compulsivo. Esto puede incluir vocalizaciones excesivas, intentos de escape o reacciones agresivas. Esto se debe a que cuando un perro está bajo estrés o asustado, su sistema nervioso simpático se activa y desencadena una serie de respuestas fisiológicas incontroladas.
¿Cómo reaccionar?
Para intervenir de manera adecuada, es importante mantener la calma. Los perros pueden percibir la ansiedad humana, por lo que es fundamental mantener la tranquilidad para no empeorar la situación.
Llevar al perro a un entorno tranquilo y familiar, donde se sienta seguro entre olores conocidos, puede ayudar a reducir la ansiedad.
También es útil reconfortar al perro con caricias y palabras reconfortantes, ya que esto puede ayudar a calmar su estado emocional. Aunque los ataques de pánico tienden a resolverse por sí solos en un período limitado de tiempo, es importante no subestimar el problema y buscar la ayuda de un especialista para identificar las causas desencadenantes y encontrar soluciones terapéuticas personalizadas.
Existe la terapia de comportamiento canino, pero en algunos casos, la condición debe ser manejada con medicamentos específicos.
Las causas desencadenantes
Un ataque de pánico puede ser inducido por situaciones de estrés, ansiedad, factores genéticos, desequilibrios químicos en el cerebro y otros trastornos psicológicos. Pueden manifestarse sin una causa aparente o ser desencadenados por situaciones específicas, como ruidos fuertes, que no casualmente son una de las cosas que más estresan a nuestras mascotas.
Un cerebro ansioso
¿Existen perros más propensos a tener ataques de pánico? ¿Influye la inseguridad o la ansiedad por separación? En realidad, no se sabe con certeza. Tu perro podría nunca experimentarlo, tenerlo una sola vez o padecerlo de manera recurrente. Las investigaciones más recientes sobre el tema han descubierto que los perros naturalmente ansiosos tienen conexiones cerebrales diferentes en comparación con sus congéneres. Los investigadores de la Universidad de Gante en Bélgica encontraron que las conexiones cerebrales entre la amígdala, el centro de las emociones y el comportamiento, y otras partes del circuito de la ansiedad, como el hipocampo, eran más fuertes de lo normal en perros ansiosos. Sin embargo, las experiencias también influyen en si un perro es más o menos social y seguro de sí mismo. Por lo tanto, es posible que adoptes un perro adulto con esta tendencia, que no necesariamente se deba a malos tratos o al trauma del abandono.
Los perros pueden experimentar ataques de pánico debido a diversas razones, y es importante que los dueños estén atentos a los síntomas y reaccionen de manera calmada y compasiva para ayudar a sus mascotas a superar estos momentos de ansiedad.
Además, no dudes en buscar la ayuda de un especialista si los ataques de pánico se vuelven recurrentes o graves, ya que pueden requerir tratamiento especializado.