Puedes haberlo pensado en algún momento, ya que has notado que tu peludo amigo tiene algunas conductas, a veces, que no logras descifrar o no tienen explicación alguna para ti.
Pero, ¿realmente existe este trastorno mental en perros?
El trastorno de bipolaridad, es bien conocido en humanos, por lo que no nos extraña que algunos tutores de mascotas piensen que su perro lo puede padecer.
Sin embargo, encontrar que un perro realmente sufre de este tipo de enfermedad o trastorno mental, podría ser más difícil de lo que uno piensa.
En humanos, el trastorno bipolar está descrito como una enfermedad mental que provoca altibajos emocionales o cambios de ánimo intensos, desde depresión hasta episodios de manía.
Las causas pueden ser genéticas, ambientales, e incluso químicas, como el desorden en la producción de ciertas sustancias químicas cerebrales (llamadas neurotransmisores), así como en sus receptores.
¿Podrían entonces nuestros fieles amigos sufrir de un trastorno similar, que tenga bases genéticas y neuroquímicas?
Sí, podrían. Pero, realmente es muy difícil encontrar un perro que cumpla con estas características de dicha enfermedad para diagnosticarlo como tal: aún hay muchos estudios en marcha, y no hay un diagnóstico como tal al respecto de la bipolaridad en perros.
“¿Qué es lo que sucede entonces?
Porque mi perro sí tiene estos cambios de ánimo ‘de la nada’, y muerde a veces…”
En la mayoría de casos, la respuesta no es “trastorno bipolar” o algo similar, sino que, son respuestas al entorno y emoción del perro (su personalidad o rasgos de temperamento también tienen mucho que ver en sus conductas).
Así, tenemos escenarios como: “el perro ladra a una visita, pero con nosotros es muy amoroso”, o “de pronto estábamos jugando con mi cachorro y se me tiró encima a mordisquearme las manos”, o “mi perro estaba durmiendo tranquilo en su cama y yo me acerqué a darle un beso y me mordió”.
Y así, la larga lista continúa, con situaciones donde sí hay una motivación y explicación al respecto de la conducta inadecuada (agresividad por miedo, falta de control de impulsos en cachorros, agresividad territorial, agresividad irritativa, etc.), solo que el tutor de la mascota.
Al desconocer todo esto respecto al comportamiento del perro, lo atribuye a algo más lógico para él: una enfermedad o trastorno mental, como las que padecemos los humanos.
Actualmente se continúan realizando estudios sobre patologías del sistema nervioso central en ciertas razas de perros (y en perros mestizos también), que tienen bases genéticas y químicas, y podríamos mencionar aquí el “Síndrome de Furia Canina” (principalmente estudiado en la raza Cocker) o “Agresividad Idiopática Canina”.
Pero aun así los estudios al respecto no son concluyentes por el momento.
Recuerda que, para poder realizar un diagnóstico y tratamiento adecuado de tu perruno, debes recurrir a un médico veterinario especializado en conducta, además te ayudará a descartar otras causas orgánicas o de salud que podrían estar haciendo que tu perro manifieste esos comportamientos “extraños”.