“Las mascotas son los nuevos niños, las plantas son las nuevas mascotas”, reza una frase célebre, muy popular en esta época de baja (muy baja) natalidad. Sea cierto o no, esto señala la explosión de un nuevo tipo de economía: la PET ECONOMY.
En la última década, hemos sido testigos de cómo nuestras adorables mascotas han pasado de ser simples compañeras a convertirse en miembros de pleno derecho de nuestras familias. Desde el aumento en la oferta de productos y servicios para mascotas hasta la influencia en nuestras decisiones diarias, las mascotas están remodelando nuestras vidas de maneras inesperadas.
Este fenómeno, conocido como la “PET ECONOMY“, no solo refleja un cambio en la forma en que vemos a nuestras mascotas, sino también en cómo afecta a la dinámica familiar y a la economía en general.
Mientras que, en algunas partes del mundo, como Japón y varios países europeos, la tasa de natalidad ha disminuido considerablemente, el número de mascotas en los hogares está en constante aumento. Este cambio demográfico plantea preguntas importantes sobre el impacto a largo plazo en la estructura familiar y la economía de un país.
¿En lugar de tener hijos, muchas personas están optando por tener mascotas?
Las razones detrás de esta tendencia son diversas: desde cambios en el estilo de vida hasta preocupaciones económicas y medioambientales. Las mascotas ofrecen compañía, afecto incondicional y una sensación de propósito, todo sin las complejidades y responsabilidades que conlleva la crianza de niños. Además, en una sociedad cada vez más individualista, las mascotas llenan un vacío emocional y ofrecen un sentido de conexión que puede ser difícil de encontrar en otras relaciones humanas.
Sin embargo, este cambio hacia la adopción de mascotas en lugar de la procreación humana plantea desafíos para la economía de un país. Una disminución en la tasa de natalidad puede tener consecuencias negativas en varios aspectos, incluida la fuerza laboral, el sistema de seguridad social y el crecimiento económico en general. Con menos personas en edad de trabajar y más ancianos dependientes, se pone una presión adicional sobre los sistemas de salud y pensiones, así como sobre la economía en su conjunto.
“En México este fenómeno lo llaman Perrhijos”
Este aumento en el gasto relacionado con las mascotas ha creado nuevas oportunidades de negocio y empleo, pero también ha generado preocupaciones sobre el consumismo excesivo y el impacto ambiental de millones de productos de muy baja calidad, que van a dañar este medio ambiente, ya bastante destruido. Por no hablar de los malos dueños de mascotas, pero esto es otro tema.
El fenómeno de las mascotas como sustitutos de los niños se manifiesta en una variedad de formas, especialmente en el florecimiento de una industria cada vez más lucrativa dedicada al bienestar de las mascotas. Desde juguetes hasta accesorios electrónicos de última generación con inteligencia artificial, el mercado ofrece una gama asombrosa de productos diseñados para mejorar la calidad de vida de nuestras queridas mascotas.
Una de las áreas más destacadas de esta economía en expansión es la alimentación. Ahora, los propietarios de mascotas pueden encontrar una amplia gama de alimentos especializados que abordan una variedad de necesidades dietéticas, desde problemas de salud específicos hasta preferencias gastronómicas individuales. Con aumento en la demanda de alimentos orgánicos, naturales y recién alimentos para mascotas a base de insectos, reflejando una tendencia más amplia hacia un estilo de vida saludable y sostenible.
Los accesorios para mascotas también están experimentando una evolución significativa. Desde camas de lujo hasta ropa de diseñador y collares inteligentes con tecnología GPS, los propietarios están dispuestos a invertir en productos que mejoren el confort y la seguridad de sus mascotas. Además, los juguetes y juegos diseñados para estimular la mente y el cuerpo de las mascotas están ganando popularidad, ya que los propietarios buscan formas de mantener a sus compañeros peludos entretenidos y activos.
En la PET ECONOMY también se puede incluir una variedad de servicios diseñados para satisfacer las necesidades de nuestras mascotas. Desde seguros de salud y veterinarios hasta servicios de cuidado diurno y entrenamiento. Al igual que los padres invierten en la educación y el bienestar de sus hijos, los propietarios de mascotas están dispuestos a gastar grandes sumas de dinero para garantizar que sus amigos peludos reciban la mejor atención posible.
Y sin olvidar todo el mercado de la vacaciones con mascotas, que se esta moviendo los interés de las empresas hoteleras y de transportes por decir algunas.
Esta tendencia plantea una pregunta provocativa: ¿las mascotas están destinadas a convertirse en los niños del futuro? A medida que la tasa de natalidad continúa disminuyendo en muchos países y el papel de las mascotas en la sociedad sigue creciendo, es tentador imaginar un escenario en el que las mascotas ocupen un lugar central en la vida familiar, en lugar de los niños.
Sin embargo, es importante recordar que las mascotas, por muy queridas que sean, no pueden reemplazar completamente la experiencia única de criar y educar a un niño.
Si bien las mascotas pueden proporcionar compañía, amor incondicional y alegría a nuestras vidas, también es fundamental reconocer la importancia de la crianza de los niños para el crecimiento y el desarrollo de una sociedad saludable y próspera.
Sin duda la PET ECONOMY ha surgido como un fenómeno significativo en nuestra sociedad contemporánea, transformando la forma en que vivimos y consumimos. Sin embargo, mientras disfrutamos del amor y la compañía que nuestras mascotas nos brindan, es esencial mantener una perspectiva equilibrada.
A medida que crecen las mascotas en las familias y disminuye el número de recién nacidos, es fundamental reflexionar sobre el impacto de esta tendencia en nuestras relaciones sociales y en la dinámica familiar.
¿Acaso estamos perdiendo nuestra capacidad de conectarnos de forma significativa con nuestros semejantes?
Mientras navegamos por este nuevo paisaje de la PET ECONOMY, no debemos olvidar la importancia de mantener un equilibrio entre el cuidado de nuestras mascotas y el fomento de relaciones humanas profundas y significativas.