Los perros lo saben desde nuestro olor. Ellos tienen la capacidad de distinguir nuestro olor cuando estamos estresados, afirma un nuevo estudio.
El olfato de los perros es una herramienta casi milagrosa y capaz de percibir olores que ni siquiera podemos imaginar: los humanos lo sabemos desde hace miles de años y hemos explotado su extraordinario sentido del olfato por las más diversas razones.
En los últimos años incluso se ha descubierto que los perros son capaces de oler enfermedades (al menos ciertas enfermedades, que hacen que nuestro organismo produzca olores característicos).
Un nuevo estudio de Irlanda agrega otro importante descubrimiento sobre a las calidades de la nariz del perro. Sugiere el trabajo, que pueden saber cuándo estamos estresados con solo olernos.
El estudio, en el que participaron cuatro perros y 36 humanos, se publicó en PLOS One .
ESTUDIO SOBRE ESTRÉS MATEMÁTICO.
Para averiguar si los perros saben cuándo estamos estresados, este equipo de medico especialistas, idearon un experimento de dos pasos. La primera (que es la más divertida de contar) requería tomar a los 36 sujetos humanos y estresarlos.
Para hacerlo, se les dio un problema matemático muy difícil de resolver.
De esta forma, el equipo de investigación dispuso de dos categorías de muestras de sudor: la “normal”, tomada antes de iniciar el problema matemático, y la producida en condiciones de estrés.
Después de eso, se enseñó a los perros a reconocer los dos tipos de sudor y se les pidió que recuperaran selectivamente muestras del “contaminado” por la tensión.

¡AHORA USA TU NARIZ!
Los perros realizaron su tarea con absoluta precisión: a pesar de no conocer a los 36 sujetos humanos, inmediatamente aprendieron a distinguir el olor del sudor en condiciones normales del que se produce bajo estrés.
Los médicos especialistas explicaron que ” el estudio muestra que los humanos producimos diferentes olores cuando estamos callados versus cuando estamos estresados, y los perros son capaces de percibir diferencias, incluso en humanos que no conocían antes del experimento”.
El estudio de la Queen’s University Belfast es el primero de su tipo y, según los autores, podría ser muy útil para entrenar perros de asistencia, desde perros guía hasta perros de alerta médica.