Una entrevista con Fernando Bakovic
Planeta Mascota sostuvo una entretenida e interesante conversación con el actor Fernando Bakovic, más conocido como el “Padre Manuel” de la popular teleserie AFHS” *. El actor comparte con nuestros lectores como fue que desde niño y gracias al amor de su familia aprendió a querer y respetar a los animales.
Don Fernando es el sexto de siete hermanos. Su madre es una amante de los animales por lo que desde muy pequeño estuvo acostumbrado a tener un perro en casa, además de tortugas, canarios, conejos y gatos. Sin duda, hemos tenido toda clase de animales, pero personalmente me siento muy identificado con los perros.
Dandy, 16 años entrañables junto a ti
Siempre hemos tenido un perro en casa y no buscamos perros de raza. No, no, lo vemos, nos encariñamos y decimos ven para acá, casi siempre la historia ha sido así, aunque alguna vez, hemos comprado alguno. Y generalmente han sido cocker spaniels o pastores alemanes, cuando teníamos una casa mucho más grande.
Dandy fue una mezcla de pomerania con cocker spaniel, regalo de una amiga de mi mamá. Como buen pomeranio tuvo un genio el bendito perrito, y así con todo estuvo con nosotros como 16 años. Lamentablemente, tuvimos que sacrificarlo porque el corazón le fallaba, se sentía mal y el doctor nos dijo:
-Dandy está sufriendo demasiado-. Así que tuvimos que tomar esa triste decisión, aunque el que más sufrió fue nuestro pastor alemán porque eran patazas. Le afectó tanto que se puso agresivo o nos desconocía y como era un peligro tenerlo en casa se lo regalamos a unos amigos que tenían una chacra, un espacio mucho más grande y la verdad que fue muy bueno para él.
Santuzza, la gata aparecida
Santuzza fue una gata que sin duda dejó huella en mi corazón.
Cuando la gatita apareció, mi madre, que es aficionada a la ópera, cantaba “Cavalleria Rusticana”, de allí que su nombre se debe precisamente a Santuzza al personaje que ella interpretaba.Literalmente, puedo decirles que la gatita me amaba. Por aquel entonces, mi mamá nos prohibía que los animales durmieran dentro de casa, cada uno tenía su casita y Santuzza dormía en una terracita completamente cerrada. Por eso, siempre será un misterio saber cómo se las arreglaba para entrar hasta mi dormitorio, arrullarme con su ronroneo encima de mi pecho y acariciar mi cara con sus patitas hasta que me quedaba dormido para desaparecer temprano por la mañana antes de que mi mamá la encontrara.
¡No más Dafis! “Chiquita” llegó para cambiarlo todo
Lo primero que debo decirles es que esta perrita nos eligió. A lo largo de nuestras vidas, hemos tenido varios cocker spaniel en la familia hasta cuando murió el último, y mi mamá decidió no tener más perros porque sufría mucho. Estas palabras se comprenden viniendo de una mujer de 86 años.
Un día en que pasaba por una tienda de perros noté que una perrita me miraba fijamente, era una cachorrita enana que me atraía con sus uhm, uhm (risas) como diciendo: ¡Llévame! Así que no lo pensé dos veces, entré y la compré. Tendría un mes y medio y apenas la cargué se acurrucó en mis brazos hasta llegar a casa.
A insistencia de la Señora María que trabaja en casa, todos nuestros cocker spaniels se llamaron Dafi. Así tuvimos a Dafi I, Dafi II, Dafi III (risas), entonces mi mamá dijo: ¡Estoy harta de ese nombre y este no es un cocker!
Así que ya podrán imaginar la situación, 7 hermanos y 10 nietos reunidos buscando un nombre hasta que mi mamá nuevamente tomó la palabra y anunció: Esta perra es mía y el nombre se lo pongo yo, se llamará “Chiquita”. Pese a nuestras protestas, Chiquita quedó bautizada como tal para siempre.
Y ella es una perra muy buena, muy linda, obediente y superinteligente que se lleva muy bien con los niños, incluso si uno de los pequeños le jala la oreja o la pellizca, Chiquita no le hace nada, pero si se lo hace un adulto ya verán cómo reacciona (risas). La perrita al principio solo comía su alimento balanceado, pero empezamos a agregarle trozos de pollo o carne y hasta el día de hoy se alimenta así y gracias a Dios es una perra sana.
Pura coquetería
Que si hemos pensado en que tenga cachorros, la idea nos está rondando por la cabeza. Chiquita es muy coqueta, sobre todo cuando entra en celo, todos los días puedes verla en la ventana gimiendo y gimiendo para atraer a los galanes del barrio. Pero la verdad que aún no lo decidimos porque nos da pena pensar en cuál será el destino de las crías, con quién terminarán, como las tratarán y cómo no sabemos cuántos va a tener. En fin, más que entusiasmarnos, el tema no se puede tomar a la ligera porque es cosa seria.
Hablando sobre los cuidados que necesitan las mascotas, ¿qué nos puedes comentar acerca de la tenencia responsable de animales?
Creo que la gente está tomando más conciencia sobre el tema porque si bien nos encantan los perritos y las mascotas, creo que antes no teníamos realmente claro cómo tratar a un animalito. Yo, por ejemplo, tuve un pastor alemán en el techo, y nunca se nos ocurrió pensar que el perro sufría. Hoy, no volvería a hacer eso por nada del mundo. Los animales necesitan una familia, ver gente amiga, sentir cariño.
KuKulí Morante y Úrsula Boza, dos de mis colegas, son unas guerreras de la causa animal y he aprendido mucho de ellas. Además, también noto como mis vecinos sacan a pasear a sus mascotas, comparten tiempo con ellos. Sin duda, el cambio ha sido rotundo y creo que en esto han influido mucho los medios, como, por ejemplo, ustedes. Sí, porque cuando le conté a mi familia sobre la entrevista que me haría Planeta Mascota, ellos conocían la revista.
Siempre les pedimos a nuestros invitados unas palabras para nuestros lectores, ¿qué te gustaría compartir con ellos?
A todos los lectores de Planeta Mascota quisiera decirles que cuando sientan que un animalito los está llamando, no duden en llevarlo a casa o brindarle ayuda, tal y como me pasó a mí. Les aseguro que no se van a arrepentir.
El amor que van a recibir es inimaginable y su vida se llenará de hermosos recuerdos para compartir.
* AFHS Al Fondo Hay Sitio
ENTREVISTA PUBLICADA EN EL NUM. 20 (2014)