Un perro “fantasma” un espécimen raro y en peligro de extinción, se capturó vivo en Bolivia recientemente.
Es el primer ejemplar de un perro “fantasma”, también conocido como perro amazónico o perro orejudo (nombre científico Atelocynus microtis). Es un animal joven de siete u ocho meses que tiene una forma de caminar y moverse muy particular y tiene una membrana entre los dedos parecida a la de los patos.
Una peculiaridad que lo convierte en un excelente nadador.
La captura se produjo en el Beni, en una zona llena de árboles gigantes y frondosos pantanos, en medio de vegetación y pastizales.
Enigmático y escurridizo, el perro “fantasma” (llamado así por su naturaleza escurridiza) se alimenta de pequeños mamíferos, peces, frutas y reptiles.
Fue avistado en una zona considerada urbana por estudiosos de la Universidad Autónoma del Beni “José Ballivián”, primero se lo monitoreó a una distancia segura y luego se colocaron cebos para inducir al animal a salir rápidamente y sin siquiera al darse cuenta, entra directamente en la jaula-trampa.
Nada más entrar en la perrera estaba muy delgado. Ahora, después de un tiempo, disfruta comiendo una ración de 350 gramos de hígado de pollo enriquecido en ácido fólico.
Luego de visitas veterinarias, el ejemplar fue liberado horas después en el potrero n. 10 del Centro Nacional de Mejoramiento Genético.
Aún no es adulto porque aún no le han bajado los testículos en la parte abdominal y es un niño. Su olor es fuerte y característico, más fuerte que el del puercoespín, más fuerte que el del zorro y claramente agrio.
Según los expertos, el perro fantasma se encuentra entre los animales más escurridizos de la cuenca del Amazonas. “Es más probable que las personas que visitan las selvas tropicales de América del Sur vean un jaguar que esta criatura solitaria”, confirman los investigadores.
La alta tasa actual de deforestación y la fragmentación de los bosques amazónicos amenazan aún más el ya precario estado de este espécimen que actualmente está clasificado por la UICN como una especie casi amenazada.
Según predice un equipo de investigadores de la Universidad de California, para 2027, el 30 por ciento de la distribución actual del perro del Amazonas se perderá o sufrirá una fuerte disminución, causada por la pérdida de bosques.
Esta cifra podría incluso aumentar, alcanzando el 40 por ciento en áreas desprotegidas y el 60 por ciento en porciones de tierra separadas por ríos importantes.
Esto pone en evidencia una vez más el enorme impacto que la perversa deforestación está teniendo en estos territorios, incluso a nivel mundial, generando en poco tiempo un desastre ambiental de proporciones inimaginables.