Si tener un cachorro es una idea que está dando vueltas en tu cabeza, desde ya podemos decirte que hay mucho material de investigación científica que demuestra los beneficios de la interacción entre los niños y las mascotas.
“Un niño que crece con una mascota tiene grandes posibilidades de ser un mejor adulto… “
Un cachorro en casa es una oportunidad estimulante y enriquecedora, una experiencia que le ayudará a tu hijo a crear un vínculo de vida realmente significativo.
En general, la compañía de un animal mejora la calidad de vida de todo ser humano; aumenta la longevidad, preserva el equilibrio físico y mental, facilita la recreación, reduce el estrés y disminuye el índice de depresión en general. Pero en los niños juega un rol aún más importante porque contribuye en el desarrollo educativo y social; los obliga a asumir responsabilidades y a aprender valores como el respeto por los demás, aumenta su autoestima y mejora su integración en la familia. Además, los animales desarrollan la capacidad en los niños de cuidar de alguien y fomentan el sentimiento de competencia y seguridad: los dos indispensables a desarrollar en el primer ciclo de la vida del niño para conseguir su correcto equilibrio emocional.
Sentimientos positivos
Un niño que cuida con responsabilidad de su mascota tiene una ventaja sobre los demás pequeños, y es que en lugar de aprender con el ejemplo, vive los valores en carne propia.
Veamos como:
• Aprende a respetar a los demás.
• Aprende a ser más tolerante.
• Respeta el tiempo de los otros.
• Mejora su autoestima.
• Aumenta sus habilidades de observación y empatía.
• Puede relajarse.
• Libera estrés porque tiene más actividad física.
• Fortalece su sistema inmunológico.
Un cachorro no puede llegar a casa solo para satisfacer los caprichos de nuestro hijo. Se trata de un ser vivo que siente y necesita cuidados. La bienvenida de una mascota es una decisión de familia.
El cachorro y el círculo de la vida
La vida del cachorro puede convertirse en una fuente inspiradora para explicarle al niño el círculo de la vida: nacemos, crecemos, enfermamos, nos queremos (sexualidad y reproducción), envejecemos y morimos.
Sin duda, la muerte de una mascota puede convertirse en una experiencia de aprendizaje para “preparar” y ayudar al niño a enfrentar esos momentos inevitables en que alguien muy querido nos va a dejar.
Si aún te quedan dudas del efecto beneficioso que las mascotas pueden tener en la vida de tus hijos, seguidamente mencionamos una serie de terapias que demuestran que tener una mascota sí hace la diferencia: autismo, trastorno del desarrollo, depresión infantil, dificultades de adaptación, problemas motores o neurológicos, entre otros problemas de aprendizaje.
Las mascotas pueden convertirse en auténticos compañeros de nuestros hijos.