Todos nosotros conocemos bien esa expresión en los perros, de culpabilidad que muestran cuando saben que han hecho algo que no debían. Pero, ¿estamos realmente seguros de que los perros sienten culpa y que, al ver su cara, podemos entender que han aprendido la lección y se comportarán mejor la próxima vez? La respuesta es no, o al menos no de la manera en que nosotros lo interpretamos.
Los perros son conocidos por ser compañeros leales y amorosos, pero a menudo interpretamos sus comportamientos a través de una lente humana, asignándoles emociones y motivaciones que pueden no ser precisas.
Una de las expresiones más comunes que los dueños de perros reconocen es esa mirada de “culpabilidad” que surge después de que nuestro amigo peludo ha hecho algo indebido.
La moral canina
Tendemos a proyectar nuestras emociones en los animales, pero esto no siempre es posible o realista. La culpa es uno de esos casos. Los perros son extremadamente sensibles y reactivos a los cambios en nuestro comportamiento, pero no pueden comprender los conceptos de lo correcto, lo incorrecto y la responsabilidad personal.
No se trata de maldad o falta de educación, los perros simplemente no tienen el mismo sistema de reglas y valores que nosotros y no toman decisiones morales, sino que actúan por instinto o supervivencia.
El sentimiento correcto
Algunas miradas de tu perro pueden hacerte creer que realmente se siente culpable, pero la mayoría de las veces lo que está sintiendo es algo completamente diferente.
Lo que interpretamos como culpa en realidad es miedo, seguido de ansiedad, estrés, confusión o desorientación.
Su mirada no es más que una reacción preventiva o consecuente a nuestra inevitable reacción.
Causa y efecto
Ningún perro disfruta ver a su dueño enojado y, por lo tanto, puede mostrar señales de estrés como desviar la mirada, bajar las orejas y la cola, bostezar, lamerse los labios o esconderse en su cama.
Por otro lado, a los perros les encanta recibir atención y pueden usar estrategias para atraerla, haciendo algo que consideramos incorrecto y luego mostrando su irresistible mirada de culpa o poniendo ojos tiernos, porque saben que en el fondo nos encanta y lo amamos cuando hacen eso, dándonos la ilusión de tener frente a nosotros a un cachorro indefenso.
Dar el buen ejemplo
Solo aprendiendo a entender el lenguaje corporal de tu perro desde su punto de vista podrás construir una relación basada en la confianza y la coherencia. Aunque nunca podrá sentirse culpable como los humanos, puedes enseñarle a comportarse mejor y a no repetir el comportamiento indeseado.
Hay varias técnicas para corregir un comportamiento inapropiado, y la primera condición es que la reprimenda ocurra exactamente en el mismo momento en que se comete el “delito”, seguida de una recompensa.
En algunas situaciones, también es importante entender por qué el perro muestra un comportamiento indeseado, como hacer pipí en la alfombra.
En estos casos, puede ser útil consultar a un veterinario conductista que pueda discernir las causas del problema y determinar si se trata de un problema médico.
Cuando la culpa es del aburrimiento
Muchos comportamientos destructivos de los perros son causados por el estrés o la frustración. Una vida sin estímulos sensoriales, siempre encerrados en casa y sin espacios adecuados para ser ellos mismos, lleva al aburrimiento.
Algunos perros incluso podrían considerarse crónicamente aburridos porque no tienen la oportunidad de hacer lo que están genéticamente programados para hacer y, por lo tanto, se “desquitan” con lo que tienen a su disposición.
Si tu perro es uno de estos, debes saber que más tiempo al aire libre, más estímulos mentales y entretenimientos adecuados para perros son siempre esenciales para hacer feliz a tu perro.