Raza de perro, el Keeshond

Esta raza de perro se le puede considerar como un peludo de grandes anteojos.

El keeshond es una antigua raza de origen holandés que en el siglo XVII era conocida como “el perro de la gente”. Se cuenta incluso que fue buen compañero y perro guardián de las barcazas y botes que viajaban por los canales y ríos de Holanda en los siglos XVII y XVIII. Su nombre keeshond se debe a que, a principios de la Revolución Francesa, un patriota llamado Gyselaer, llamó Kees a un perro de esta raza y lo convirtió en símbolo de la patria holandesa.

Describiendo al keeshond

Este hermoso peludo proviene de sus parientes los chow chow, los elkhound, los samoyedos y los pomerania, respectivamente.

A saber, los spitz alemanes (keeshond, grande, mediano, pequeño y pomerania) tienen la misma forma física y, por tanto, la misma apariencia. 

Su cuerpo es tan largo como su altura a la cruz por lo que tiene un perfil cuadrado. El manto de los keeshond está formado por dos capas de pelo.

La capa interna es de pelo corto, denso y lanoso, mientras que la capa externa está formada por pelo largo, recto y separado

Llama especialmente la atención su pelaje de dos capas en tonos grises y negros. Y lo más destacado, su máscara que le quedan como grandes anteojos.

Por su pelaje es necesario cepillarlo con mucha frecuencia, de ser posible a diario. De esta forma, eliminamos el pelo muerto de la capa interna dejando que la piel respire y evitando en el proceso que aparezcan problemas en la piel. El cepillado debe realizarse con peines adecuados para su pelaje porque son los únicos que eliminarán el exceso de pelo.

En suma, es una raza muy limpia que requiere de pocos cuidados en relación con otras razas de la misma cantidad de pelaje.

Inteligentes, activos y juguetones

Los keeshond comparten los mismos estándares de comportamiento que el resto de los spitz alemanes. Se trata de una raza muy alegre, activa, inteligente y juguetona, muy cariñosa y apegada a su familia, así como fácil de adiestrar, aunque algo reservada con los extraños.

Tienden a ladrar cuando se sienten incómodos o amenazados, y este es un comportamiento al que hay que estar atentos porque pueden llegar a ser molestos para la familia y los vecinos.

Un keeshond bien socializado no tiene problemas para lidiar con otras personas y perros, incluso con mascotas de otras especies. Sin embargo, en ocasiones pueden surgir conflictos con algunos perros machos. Por ello, es importante que socialicen desde cachorros.

Los keeshonds pueden adaptarse bien a vivir en departamentos o casas pequeñas, pero es mejor si cuentan con un jardín.

Toleran muy bien los climas fríos a temperados, pero no mucho el calor intenso.

El punto menos favorecedor de esta raza es la dependencia hacia sus dueños. Por ejemplo, no tolera pasar demasiadas horas en soledad y requiere una mayor atención que otras razas. Por este motivo es necesario tomarse muy en serio su educación para evitar conductas destructivas como mordisquear muebles o zapatos y hasta puertas. Entonces, si no dispones del tiempo suficiente para ejercitarlo a diario, jugar y hacer deportes, lo mejor será pensar en otra raza. A pesar de su temperamento alegre y mimoso, no son perros apropiados para niños pequeños, salvo estricta supervisión, porque pueden responder bruscamente a la hora de jugar. En cambio, son excelentes compañeros de niños más grandes que saben cuidar y respetar a un perro.

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