¿Cuántas veces nos tocó parar para que el perro orine en las ruedas de los carros?
A todos nos ha pasados esperar para que nuestro perro orine en todo tipo de ruedas. No hace falta tener un perro, un auto, una moto o una bicicleta para saber que los neumáticos se encuentran entre los lugares favoritos para orinar de los perros. Cuando pasea por la calle, los autos estacionados son imprescindibles para olfatear y rociar.
Pero, ¿por qué los perros tienen la pasión de orinan en las ruedas de los carros?
Y lo más importante, ¿hay alguna forma de hacerle cambiar de opinión?
Urinario público
Si tu perro orina constantemente en las llantas de los autos, motos, bicicletas, debes saber que poco puedes hacer: podrías entrenarlo, distraerlo con juegos, desviarlo a otros lugares.
Pero si vives en la ciudad, la tentación será tan fuerte que cualquier intento de persuadirlo será prácticamente imposible.
Esto se debe a que los neumáticos también se encuentran entre los lugares elegidos con más frecuencia para orinar por otros especímenes, y mientras la mayoría de los perros continúen haciéndolo, la llamada permanecerá constante. Pero, ¿Cuáles son las razones? No hay una única explicación, sino varias teorías.
La teoría de los mil olores
En la vida diaria con un perro somos testigos de muchas acciones y situaciones inusuales sin un motivo aparente. Y también en cuanto a necesidades, sabemos que no faltan las rarezas: por qué da vueltas antes de hacer caca o por qué le gusta comerse la caca (coprofagia) de los demás.
Los perros son animales territoriales y por lo tanto hacen sus necesidades en lugares no aleatorios, para marcar el territorio y avisar a los demás que han pasado por allí.
Los neumáticos, y todo medio de transporte en general, son un receptáculo de olores recogidos a lo largo de su recorrido, y marcarlos con la propia orina es sumar la propia presencia a ese catálogo. Como escribir “He estado aquí” en una pared.
Difusor de olores
Muchos perros se sienten intimidados por el ruido, el tamaño y la carrocería reluciente de los automóviles. Sin embargo, un motor “estacionado” no da tanto miedo. Una teoría más “inteligente” se centra por completo en la inteligencia del perro y el conocimiento del vehículo.
Según algunos conductistas, de hecho, los perros reconocen que el carro es un medio de transporte que circula de un lugar a otro, y por tanto lo perciben como un vehículo privilegiado para esparcir su olor incluso allí donde nunca llegarán.
Definitivamente interesante como pensamiento, pero difícil de creer. Podría ser más realista que al temerlo cuando está en movimiento, intenten reclamar su propiedad para superar este miedo.
Química olfativa
Algunos especialistas han revelado que la goma de los neumáticos desprende una sustancia química que activa la corteza frontal del cerebro del perro encargada de liberar las ganas de orinar, y por lo que el animal siente una necesidad irreprimible de orinar.
Esta teoría incluye una explicación bioquímica complicada y aún no ha sido completamente verificada. Lo único seguro es que el olfato de los perros es uno de los sentidos más potentes que existen: con solo oler una rueda pueden separar numerosos olores e identificarlos.
Y cada objeto impregnado de tantos olores diferentes se vuelve tan interesante a sus ojos que es imposible resistirse a ellos.