A veces te das cuentas que tu perro odia algo en particular, y uno de los personajes más perseguidos da ellos son propios los chicos del delivery.
Antes tu perro odiaba y perseguía a los carteros, eran otros tiempos. En miles de películas salían estas escenas, y siempre muy divertidas. Ahora con las modernidades y los cambios de costumbre, esta categoría de joven distribuidores de diferentes productos, son la presa tan deseada da muchos perros.
Pero es la realidad: muchos perros no toleran a los mensajeros que nos entregan delivery de paquetes, comidas, accesorios y otras cosas. Así como al cartero ya todos los extraños que entran en su territorio sin pedir permiso. Por supuesto, no todos los perros son así.
Pero es más que legítimo preguntarse por qué el perro muerde otra persona y saber qué hacer para evitar desagradables accidentes.
Las agresiones en aumento
Gracias a su olfato, pero no solo eso, los perros oyen llegar a los mensajeros mucho antes de que suene la campana. Hay quienes comienzan poniéndose a la defensiva, mostrando signos de agitación. O algunos ya se fija sobre la vestimenta, sobre el color.
Cualquiera que no deja de ladrar en cuanto suena el timbre y luego estalla en una ira descontrolada cuando lo encuentra frente a él (y tal vez incluso se lanza contra el paquete). Afortunadamente, no todo el mundo tiene reacciones tan descontroladas, pero no sería de extrañar.
De hecho, es un comportamiento común que antes se registraba con los carteros y ahora también con todos los mensajeros involucrados en la entrega de paquetes, cenas y otras compras realizadas en línea. En 2016 hubo 6.755 casos de carteros atacados por perros en Estados Unidos, 2.600 en Reino Unido, sobre todo en ciudades donde se realizan entregas puerta a puerta.
Un territorio da defender
Los perros son criaturas defensivas y territoriales por naturaleza. Protegen su hogar y a sus humanos de los extraños. Y esta es la razón principal por la que tu perro ladra amenazado a los repartidores.
Ellos los consideran como un intruso, una amenaza de la que no podemos defendernos ya que le recibimos con una sonrisa. Y cada vez que tu perro ladra al verlo, se convence a sí mismo de que ladrar es una táctica efectiva para ahuyentarlo, ya que efectivamente se alejará después de entregar su paquete, reforzando así el comportamiento agresivo.
El hecho de que luego vuelva, y que rara vez sea la misma persona, puede generar miedo y ansiedad en el perro, con el riesgo de desencadenar conductas más extremas como morder al invasor.
Acostumbrar a la Socialización
Ladrar es un comportamiento natural para los perros y es una forma que utilizan para comunicarse con nosotros. Así que hacerlo cuando suena el timbre o ven a alguien fuera de la ventana no debería ser motivo de preocupación.
Si por el contrario el perro adopta una postura rígida, te parece a medio camino entre preocupado, excitado y frustrado en presencia de un extraño, claramente te está enviando una señal que no necesariamente conducirá a la agresión.
Pero si la presencia de extraños genera incomodidad y ansiedad, podría tratarse de un problema de socialización latente.
Muy lejos de la entrega
Hay una amplia gama de emociones que incluso un perro equilibrado puede comunicar ladrando a alguien. Tal vez no le gusta el olor que huele, precisamente porque ha pasado por otras casas donde había otros animales, o no le gusta el uniforme que lleva.
Comprender lo que realmente molesta a su perro puede ayudarlo a solucionar el problema.
En todo caso, para evitar que refuerce la conducta deberá mantenerse lo más alejado posible del lugar de entrega. Si es posible, sal de casa, no dejes que el mensajero llegue a la puerta y encierra al perro dentro.
En realidad, esto también se debe hacer con los perros más amigables, que podrían ser demasiado entrometidos y cariñosos con una persona que no necesariamente quiere interactuar con los animales.
Utilizar Entrenamiento Positivo
Existen decenas de técnicas para entrenar a tu perro o disuadirlo de ladrar cada vez que llega un mensajero. Puedes probar con juguetes para masticar, juegos de concentración y golosinas (nunca para que deje de ladrar, sino tendrás el efecto contrario). Pero si tu perro muestra una ansiedad y un miedo descontrolados que le llevan a la agresión, contacta con un veterinario conductista o un adiestrador que podrá aconsejarte sobre qué hacer en función de tu situación.