Nuestro amado bulldog, una mascota con un encanto deslumbrante

Nuestro querido bulldog, tan indefenso y tierno como un bebé, es una de las razas de perros más deseadas entre los apasionados de mascotas.

El bulldog desde siempre se ha considerado una de las mascotas más queridas entre todos los apasionados de animales de compañía, sin duda por diferentes razones. ¿Pero por qué preferir un compañero peludo destinado a enfrentar problemas de salud?

Esta curiosa elección se vincula a un fenómeno conocido como el “paradójico braquicefalia”, que ha influido en la crianza de razas como los bulldog franceses e ingleses, además de los perros Carlinos conocidos también como Pug y los Boston terrier. Braquicefalia o también perros braquicéfalos , es una síndrome que consiste, básicamente, en unas anomalías que, individualmente o en conjunto, provocan la obstrucción de las vías respiratorias superiores de los animales. 

Estos adorables canes, a pesar de su menor esperanza de vida y problemas de salud, continúan siendo objeto de amor y admiración por parte de sus dueños. ¿Moda? Tal vez, pero hay un fundamento científico. Una investigación reciente realizada por la Universidad Eötvös Loránd de Budapest, publicada en Applied Animal Behaviour Science, arroja luz sobre esta curiosa tendencia. Reveló que los humanos se vuelven locos por los perros que tienen defectos físicos porque los normalizan. Ahora su nuevo estudio publicado en Nature Scientific Reports revela que los perros de cara plana pueden parecer más indefensos e infantiles a los ojos humanos, y esto nos lleva a quererlos, como si fueran niños.

Parece que sí, nosotros humanos sentimos una fuerte conexión con los perros que poseen defectos físicos, pues los perciben de manera más vulnerable e infantil, y nos hacen sentir como si estuviéramos cuidando de un niño peludo.

El estudio, liderado por la profesora Dorottya Ujfalussy, comparó el comportamiento de 15 Bulldog ingleses, 15 Bulldog franceses y 13 Mudi, una raza húngara con un hocico de longitud media. Los resultados revelaron que los bulldogs, a pesar de tener menos éxito en tareas específicas, interactuaban más con los humanos.

Este mayor compromiso y su mirada suplicante, similar a la de un niño, podrían explicar en parte su perdurable popularidad como mascotas, a pesar de sus conocidos problemas de salud.

En el experimento, los 43 perros se enfrentaron al desafío de recuperar comida de tres cajas que se abrían de diferentes maneras. Los Bulldog ingleses y franceses mostraron un rendimiento significativamente inferior al de los Mudi. Sin embargo, en comparación con los Mudi, los bulldogs tenían más de cuatro veces más probabilidades de buscar la mirada de sus dueños, pidiendo ayuda con esos ojos tiernos y expresivos.

Esta conducta no es nueva, estudios previos habían demostrado que las personas tienden a ser más indulgentes con los perros que hacen “ojitos”. Incluso se ha observado que las mujeres cambian el tono de su voz al interactuar con estos canes.

Ahora, esta nueva investigación sugiere que los perros con hocicos cortos pueden parecer más necesitados de ayuda y vulnerables, lo que fortalece el vínculo entre los dueños y estas razas caninas.

A pesar de estos descubrimientos, aún no se ha determinado si los perros de hocico corto tienen una predisposición genética a mostrar este comportamiento dependiente de los humanos o si es la actitud de los dueños la que influye en su conducta.

En última instancia, lo que este estudio nos enseña es que la apariencia de un perro puede desencadenar respuestas emocionales en los humanos, lo que lleva a un vínculo más estrecho entre nosotros y nuestros compañeros caninos.

Los bulldogs y otras razas con hocicos planos nos conquistan con sus ojos y su vulnerabilidad, haciéndonos sentir como protectores y cuidadores.

Este fenómeno también nos invita a reflexionar sobre nuestras preferencias a la hora de elegir una mascota. A menudo, buscamos en nuestros amigos peludos una conexión especial, un compañero que nos haga sentir queridos y necesarios.

Los bulldogs y otras razas similares pueden ser un recordatorio de que la belleza y el encanto de una mascota van más allá de la perfección física. La vulnerabilidad y la necesidad de cuidado de estos animales nos brindan una oportunidad única de demostrar amor y compasión.

Entonces, la próxima vez que acaricies a tu bulldog, no solo lo hagas por su aspecto adorable, sino también por la conexión especial que compartes con tu leal compañero.

Su mirada suplicante y su necesidad de apoyo son recordatorios constantes de por qué los amamos tanto.

Al elegir a un bulldog u otra raza de hocico corto, no solo estás optando por una mascota, sino por un amigo vulnerable que hará que tu vida esté llena de amor y gratitud.

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