El tono de voz justo para hablar con las mascotas

El tono de voz adecuado al hablar con mascotas, es fundamental para comunicarse de manera correcta sea con perro o gato. Nuestra mascota no siempre comprende el significado de las palabras que se le dicen, por esto que es el tono de nuestra voz que hace la diferencia.

El tono de voz que utilizamos para hablar con las mascotas, no parece, pero también juega un papel particular al momento que queremos comunicarnos con nuestros perro o gato.

El animal no siempre comprende el significado de las palabras que se le dicen, será el tono de voz utilizado lo que se lo dará. Por lo tanto, es fundamental utilizar siempre el tono de voz adecuado para vivir en armonía con un perro o gato.

Un tono diferente para cada momento.

Para comunicarse con un perro o gato, es conveniente utilizar un tono de voz diferente al hablar según la circunstancia.

Los perros son muy sensibles y pueden percibir las emociones de sus dueños, no solo a través de los gestos, sino también mediante el tono de voz utilizado. Por ejemplo, un tono de voz muy agudo que expresa alegría y felicidad podría excitar considerablemente al animal, por lo tanto, se debe evaluar si usarlo o no, según el contexto.

Un tono de voz bajo, en cambio, transmite firmeza y temor. En cualquier caso, en presencia de un perro o gato, se debe evitar gritar o levantar demasiado la voz. La audición de los animales, de hecho, está especialmente desarrollada: los ruidos fuertes los asustan y, por lo tanto, cuando se eleva la voz, tienden a esconderse en general.

La educación del perro se logra también a través de la voz

No basta con saber cómo comportarse, también es importante prestar mucha atención al tono de voz utilizado cada vez que se le pide hacer algo. Es necesario, por lo tanto, desde el principio, prestar mucha atención al tono de voz que se utiliza cada vez que se corrige o llama al animal.

Es útil utilizar siempre un tono de voz atractivo, alegre y aprender a manejar ciertas emociones, como la ira.

Para educar a tu perro sin problemas de comunicación, es fundamental la coherencia y un ambiente equilibrado, y utilizar un tono de voz adecuado para cada situación.

Hablar como bebé con los perros

El “baby talking“, es decir, hablar con un tono de voz agudo y dulce, según los estudiosos, a los perros les gustaría mucho. De hecho, según un estudio realizado por investigadores estadounidenses, ingleses y franceses, utilizar el “baby talking“, es decir, esa “vocecita” que a menudo es natural usar con un niño, sería útil para comunicarse con los propios perros.

De hecho, según los investigadores, el perro no solo mostraría mayor atención, sino que estaría realmente feliz cuando se utiliza este tono. Por lo tanto, puede ser útil emplearlo en todas aquellas situaciones en las que se requiere la atención del animal y para reforzar positivamente un posible comportamiento correcto, sin necesidad de usar necesariamente una golosina o snack para conseguir su atención.

Un tono de voz para los gatos

El tono de voz también es importante para los gatos. De hecho, según un estudio reciente realizado por el equipo dirigido por la Dra. Charlotte de Mouzon en la Universidad de París-Nanterre (Francia), el gato no solo sería capaz de reconocer la voz de su dueño, sino también de entender por su tono de voz si se le está dirigiendo a él y no a otras personas.

En este estudio se analizaron 16 gatos a los que se les hizo escuchar la voz pregrabada de su dueño o de un extraño. El estudio reveló que, si los gatos eran llamados por su nombre por un extraño, mostraban poca reactividad. Sin embargo, cuando sus dueños pronunciaban su nombre, los gatos levantaban las orejas, se movían por la habitación y dilataban las pupilas de los ojos.

Además, diez gatos mostraron una mayor reactividad cuando los dueños se dirigían a ellos en lugar de a otra persona. Por el contrario, no se observaban cambios si era un extraño quien hablaba.

Este estudio demuestra lo importante que es utilizar el tono de voz adecuado al comunicarse con un gato de manera correcta.

Te reconocería en cualquier lugar

Volviendo al perro, esta especie no solo tiene una marcada capacidad para reconocer la voz de su dueño, sino que, según un estudio publicado en Neurolmage, los mecanismos cerebrales involucrados serían muy similares a los que unen a un niño con su madre. En otras palabras, la voz del dueño para el perro sería como la de una madre para su hijo.

Para este estudio, los investigadores utilizaron una prueba clásica a la que generalmente se someten los niños, llamada “experimento de la situación extraña“. Es un procedimiento que consta de ocho etapas en las cuales un niño juega en una habitación desconocida donde entran y salen continuamente una serie de adultos, incluidos los padres.

Mediante esta prueba, es posible observar las respuestas del niño ante diferentes situaciones y comprender no solo su reacción frente a personas desconocidas, sino también su apego a los padres y la ansiedad que le provoca su ausencia.

Los investigadores sometieron a los perros al mismo tipo de experimento y, utilizando resonancia magnética funcional, lograron evaluar qué áreas del cerebro se activaban más y en qué circunstancias. El estudio reveló que el perro, al escuchar la voz de su dueño, reaccionaría de manera similar a como lo hace un niño cuando escucha la voz de su madre.

Según los científicos, el sistema estaría activo incluso si el dueño no es visto, sino solo escuchado. Además, al perro no le importaría tanto lo que se dice, sino cómo se dice. Por lo tanto, el tono de voz juega un papel evidente.

El tono adecuado para una relación sana con tu mascota

A partir de lo dicho, queda claro que el tono de voz desempeña un papel fundamental en el establecimiento de una relación correcta entre el ser humano y los animales. Hablar de manera enfática mejoraría, de hecho, las habilidades de atención tanto del perro como del gato, y fortalecería su vínculo con los dueños. Es necesario aprender a modular el tono de voz según las circunstancias, para evitar que con el tiempo un tono incorrecto pueda causar malestar psicofísico en el animal y provocar posibles trastornos de comportamiento.

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