El Mantrailing: la habilidad del perro de rastrear con la nariz

Los seres humanos y los perros han compartido una relación especial durante miles de años. Hemos entrenado a estos fieles amigos para diversas tareas, como proteger nuestras ciudades, ayudarnos en la caza y cuidar del ganado, entre otras. Uno de los talentos más impresionantes que los perros han desarrollado a lo largo de la historia es su aguda habilidad olfativa.

La palabra “Mantrailing” se refiere a una técnica de entrenamiento que enseña a los perros a rastrear un olor humano específico en condiciones ambientales complejas y con la presencia de otras personas. Este olor no es el rastro físico que una persona deja en el suelo, sino más bien su olor personal, las sustancias volátiles liberadas por el cuerpo humano. En otras palabras, los perros aprenden a seguir ese olor hasta su fuente y señalarla.

Uno datos general

El término “Mantrailing” proviene del inglés, donde “man” significa hombre y “to trail” significa seguir un rastro. Se traduciría como “búsqueda de una persona a través del rastro”. Esta técnica se originó en la actividad policial en Estados Unidos, donde se usaba para buscar criminales fugitivos y personas desaparecidas, especialmente con razas de perros como el Bloodhound, que son expertos en esta disciplina.

Hoy en día, el Mantrailing se ha extendido a varios países en todo el mundo y se utiliza en la búsqueda de personas desaparecidas, y lo mejor es que no se limita a una raza específica de perros. Incluso se ha convertido en un deporte que puedes practicar con tu perro sin una finalidad operativa, simplemente por diversión y para fortalecer el vínculo entre tú y tu peludo amigo.

Que busca el perro

En el Mantrailing, el perro sigue exclusivamente las moléculas de olor dispersas en el entorno de la persona que se busca, no el rastro físico que deja en el suelo.

Cada uno de nosotros tenemos un aroma/olor único, formado por todos los “desechos” que caen de nuestro cuerpo durante la vida cotidiana. Puede contener células de la piel, sudor, hormonas y bacterias. A medida que nos movemos, el olor surge de nosotros y se mueve con el aire antes de asentarse y adherirse al medio ambiente. Al darle al perro un objeto, contaminado por el olor de la persona a buscar, puede seguir las huellas olfativas para localizar a esa persona concreta.

El entrenamiento del perro

La parte más compleja del entrenamiento es enseñar al perro a hacer una especie de “juego de asociación”, donde conecta el olor presente en un objeto con el olor en el ambiente, teniendo en cuenta que no todos los olores tienen el mismo significado emocional. Buscar a un extraño no es lo mismo que buscar a un miembro de su familia.

En el Mantrailing, a los perros no se le enseña a usar su nariz, ya que son naturalmente expertos en esto. En cambio, el entrenamiento se dirige más en perfeccionar su técnica de búsqueda de rastros.

El Mantrailing nos introduce en el asombroso mundo del olfato canino, un campo de estudio lleno de oportunidades para la investigación en ciencias del comportamiento y neurociencias, además de ofrecer conexiones interdisciplinarias.

Además de fortalecer el vínculo entre el dueño y el perro, el Mantrailing se ha convertido en una herramienta valiosa para la rehabilitación de comportamientos problemáticos y para ayudar a los perros a superar desafíos en entornos y situaciones humanas.

El olfato del perro

El olfato de nuestros perros es increíble. Pueden oler hasta 100,000 veces mejor que nosotros. En la naturaleza, los cánidos usan este sentido para seguir a sus presas o manadas de las que se alimentan. Han perfeccionado estas habilidades a lo largo de los años.

Los perros pueden seguir un rastro que no sea reciente, generalmente de las últimas 36 horas, pero a veces incluso semanas o meses después. Sin embargo, muchas variables influyen en la capacidad del perro para seguir un rastro, como el tipo de superficie, la presencia de otros olores, y las condiciones climáticas.

El clima puede tener un gran impacto en la precisión del rastreo, ya que fuertes vientos pueden dispersar el olor lejos del camino real. La lluvia ligera, por otro lado, ayuda al olor a permanecer en el suelo al adherirse a las moléculas de agua. Las altas temperaturas en verano pueden “quemar” el rastro y hacer que sea difícil o imposible para el perro encontrarlo.

El objeto o prenda impregnada con el olor que el perro debe seguir desempeña un papel crucial en el Mantrailing. Cuanto menos contaminado esté el objeto con olores adicionales, más probable será que el perro rastree al individuo específico. Estos objetos pueden ser prendas de vestir, manijas de puertas o incluso teléfonos móviles, cualquier cosa que haya estado en contacto con la persona desaparecida.

Evitar la contaminación cruzada es fundamental. Esto ocurre cuando un objeto impregnado con olor entra en contacto con el olor de otra persona, como compartir una cesta de ropa sucia con la ropa de otras personas. También es impportante evitar tocar el objeto nosotros mismos o permitir que otros lo toquen, ya que esto podría dejar nuestro propio olor en él, lo que se conoce como contaminación directa.

La comunicación y la complicidad entre el entrenador y el perro son esenciales. Conocer los gustos y preferencias de tu perro te ayudará a mantener su concentración en la pista. Lo mismo ocurre con la persona que lleva el olor. Deben ser un estímulo agradable para el perro, asociado a experiencias positivas, como juegos, golosinas y caricias.

Los perros entrenados en Mantrailing se utilizan para recopilar información y buscar personas desaparecidas. Pueden determinar o eliminar direcciones de viaje, encontrar objetos relacionados con la persona desaparecida y mucho más. La confianza entre el perro y su guía es esencial para el éxito de esta tarea.

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