El embarazo de una perra o una gata es un momento de gran alegría, pero al mismo tiempo un período muy exigente que nos involucrará por completo a ambos.
Según la raza a la que pertenezcan, los gatos alcanzan la madurez sexual entre los 4 y los 12 meses de edad. Entran en celo aproximadamente cada 2 o 3 semanas y, a diferencia de las perras, pueden llegar a tener hasta 3 camadas al año.
El embarazo de la futura mamá gatuna
Es bastante fácil reconocer a una gata en celo (emite maullidos extraños, se frota contra objetos y personas con más frecuencia de lo habitual…). Sin embargo, es más difícil de entender cuando está embarazada, ya que en los primeros días no hay signos evidentes de gestación.
Recién alrededor de la tercera semana comienzan a aparecer los primeros síntomas físicos y conductuales; los pezones y el abdomen se hinchan y el gato empieza a buscar más descanso y mimos.
Si sospechas de un embarazo, debes contactar de inmediato con un veterinario quien, a través de una ecografía, podrá confirmar el feliz suceso.
El parto de los mininos suele tener lugar a los 64-69 días.
El embarazo de la futura mamá perruna
Durante su ciclo de cría, la perra entra en celo una sola vez. En concreto, desde que nace hasta su primer celo pasan de 6 a 10 meses, dependiendo de la especie y tamaño de la perra. Después de eso, el período de celo ocurrirá regularmente cada 6 meses a lo largo de su vida.
En cuanto sospeches que la perra está preñada, deberás acudir al veterinario, quien te realizará una ecografía abdominal para identificar la presencia real de un embarazo.
Estas pruebas deben realizarse no antes de los 20 días posteriores a la gestación, debiendo pasar al menos un mes para conocer la cantidad de cachorros en la camada. La duración total del embarazo es variable de 57 a 65 días.
Hacia el final del primer mes el cuerpo del perro empieza a cambiar: la barriga aumenta y aparecen las ubres.

Vamos a tener gatitos
Será necesario permanecer siempre en contacto con el veterinario hasta el momento del parto de la gata. Cada fase de la gestación debe ser monitoreada cuidadosamente.
En cuanto al nacimiento, los gatitos nacerán, en promedio, después de 66 días de gestación.
El embarazo requiere de mucha energía por parte de tu gata. Por ello, como nunca en su vida, tu mascota necesitará atención y cuidados de tu parte; si tu gato evita las situaciones estresantes, es más probable que los gatitos nazcan sanos.
Unos consejos
- Cada vez que tu gato se acerque buscando contacto físico, tómate unos minutos para brindarle atención y cariño.
- Si es posible, durante el embarazo de tu gata evita fiestas, mudanzas, mover muebles y cualquier otra cosa que pueda molestarla o estresarla.
- Es bueno que tu gato se mueva y se mantenga activo, pero no te excedas con los estímulos ni el estrés.
- Siempre ofrécele la oportunidad de estar sola e incluso de esconderse en algún lugar si siente la necesidad de hacerlo.
- Recuerda que sus necesidades energéticas aumentan casi a la mitad durante el embarazo y que tu gata necesita proteínas de alta calidad para ella y sus gatitos como nunca antes.
- Llévala al veterinario periódicamente e infórmate sobre desparasitaciones y vacunas (idealmente antes del inicio del embarazo).
Vamos a tener cachorros
Para el desarrollo de los cachorros durante el embarazo es fundamental darle a la madre una alimentación adecuada. Aquí, el rol del veterinario es primordial.
Para entender los días reales en los que puede tener lugar el parto, es importante observar detenidamente algunos parámetros y pequeños detalles, como el aumento de temperatura o el comportamiento de la perra que tenderá a buscar un lugar cálido y tranquilo donde puede conformarse con los cachorros.
Nos corresponderá preparar el nido para que el nacimiento se lleve a cabo sin problemas. El parto suele durar de 6 a 8 horas desde el inicio de las contracciones abdominales hasta un máximo de 12 horas.
Es importante que le sepas transmitir tranquilidad y serenidad a la madre con tu presencia, sin obligarla a comer, pero dejando agua y comida a disposición y preparando una cama para el momento del parto, haciéndola elegir el lugar más adecuado.
Llegaron los recién nacidos
La mayoría de los perros y gatos después de un embarazo tranquilo no necesitan mucha ayuda con el parto, siempre y cuando no haya complicaciones. Sus instintos guiarán a nuestros amigos de cuatro patas, pero su ayuda puede ayudar a mantenerlos a ellos y a los cachorros seguros y cómodos.
Lo mejor que puedes hacer es tener todo listo antes del gran día. Veamos:
- Tanto si tienes un gran danés como un tierno gatito, tendrás que “amueblar” una zona de tu casa para alojar a madres y cachorros durante al menos 70 a 80 días.
- El lugar ideal para ubicar la “guardería” es una zona tranquila, pero no aislada, una zona en la que la nueva mamá se sienta a gusto pero que tampoco esté muy concurrida. Lo ideal sería elegir la zona de la casa donde normalmente tú y ella pasan la mayor parte del día.
- Las dimensiones aproximadas de la caja de parto deben estar relacionadas con el tamaño del perro o gato que debe poder acostarse completamente, un lado corresponderá a un poco más del largo del perro, el otro a por lo menos 1 vez y media.
- Los materiales deben garantizar la ausencia absoluta de riesgos para madres e hijos (astillas, tornillos, clavos…), deben ser fácilmente lavables, higienizados, impermeables, si se pintan las pinturas deben ser no tóxicas, las mismas que se utilizan para muebles para niños.
- A lo largo de los lados internos debe haber “barras antiaplastamiento” esto porque las madres suelen estar un poco “distraídas”, especialmente con camadas grandes y cuando se agachan o se acuestan para amamantar corren el riesgo de encontrarse con un cachorro debajo de ellas, incluso si lo escuchan llorar, entre otros 4/5/6 o más cachorros no entienden de donde vienen esos gemidos, además porque cuando tienen hambre todos lloran.
- Las barras proporcionan al cachorro una “ruta de escape” entre la madre y las paredes de la caja de parto. Las paredes deberán ser lo suficientemente altas para evitar que la mamá y los bebés salten, también deberá configurar una abertura que permita que la madre entre y salga fácilmente.
- Además de la caja de parto, se necesitará una lámpara calefactora: hasta los 10/12 días la termorregulación en los cachorros no está activa, por ello hay que calentarlos para que su temperatura interna se mantenga en torno a los 38º. En el mercado existen las clásicas bombillas rojas, o negras que no molestan a los más pequeños. Esto también ayudará a reducir el riesgo del virus del herpes, que tiene consecuencias letales en los cachorros.
- Otro dispositivo útil para mantener calientes a los cachorros son las mantas térmicas como los calentadores de colchón que se colocarán en el fondo de la caja de parto y se ajustarán a la temperatura mínima. Encima del calienta-colchón colocará los durmientes y, encima de los durmientes, una pet-bed. Se trata de una colchoneta particular diseñada específicamente para mantenerse seco, dejando fluir los líquidos hacia los durmientes, además permite que el cachorro pueda moverse con facilidad agarrando sus patas sin resbalar, lo cual es muy importante, ya que una superficie no adecuada puede derivar en el Síndrome del Cachorro.

Kit de lactancia y leche en polvo
Hay madres de cuatro patas que instintivamente saben cuidar de la camada, otras necesitan ayuda, las hay que rechazan a sus cachorros y están también las que no producen leche. Esta última, una eventualidad absolutamente impredecible.
Los cachorros inicialmente necesitan ser amamantados cada 2 horas, día y noche. Si la madre no tiene leche o los rechaza, lo tienes que hacer tú.
Por ello tendrás que organizarte con:
- Leche en polvo específica
- Biberón adaptado al tamaño de los cachorros
- Pipetas
- Cuentagotas
- Jeringas
- Termómetro con punta flexible
- Escala de peso
Es fundamental que el veterinario le enseñe a hacerlo correctamente, para evitar que provoque una neumonía. Esta patología también se puede presentar con la lactancia natural y es por ello que los cachorros deben ser monitoreados 24/7.
Pasados los primeros 20/25 aparecerán los primeros dientes lo que marcará el inicio del destete. La lactancia materna se volverá decididamente desagradable para la madre que se encontrará con un equipo de “pirañas” pegadas a los senos.
Una astucia para afrontar esta fase tan delicada y tan importante es empezar a alimentar a la madre ya 15/20 días antes con los mismos alimentos que utilizarás en el destete. Pide consejo a tu veterinario o, mejor aún, a un nutricionista.
Recuerda esto
Muchos se dirán, pero para qué tanta preocupación y cuidados, si en la naturaleza los animales hacen todo solos. Cierto, pero lástima que “en la naturaleza” las hembras mueran en el parto y que la mortalidad neonatal sea muy alta.
Cuidar de una madre primeriza y sus cachorros es como cuidar de un bebé recién nacido: necesitas cuidados constantes a intervalos regulares. Es importante considerar que el dueño del perro o gato solo debe intervenir en el caso de que la nueva madre no pueda hacerse cargo de la camada directamente o tenga dificultades para realizar alguna tarea.
Uno no puede ni debe reemplazar a la mamá gatuna o perruna porque el vínculo natural entre la camada y la madre debe consolidarse, especialmente en los primeros días de vida de los recién nacidos. Solo cuando la madre no pueda hacerlo o no vaya a estar presente serás tú quien los estimule para sus necesidades (los cachorros recién nacidos no son capaces de hacerlo por sí solos), aliméntalos regularmente y mantenlos calientes.