Si el dueño de mascota es obeso, ella también
Está científicamente comprobado: que, si el dueño de mascota es obeso o tiene sobrepeso, el perro generalmente también aumenta de peso. Y eso no es nada bueno para su salud, también para la del dueño.
Quien tenga un perro (o un gato) debe saber: la obesidad es un problema grave para tu amigo de cuatro patas, pues puede ocasionarle diversos problemas de salud.
Demasiados bocados
Las causas que provocan el aumento de peso en los perros son diversas (edad, raza, falta de actividad física, etc.), pero un estudio de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, revela una bastante curiosa sobre la mala alimentación: perros con sobrepeso u obesidad.
Los dueños tienden, a su vez, a engordar más y demasiado.
Para este estudio, los investigadores daneses eligieron 268 perros, el 20,5% de los cuales tenían sobrepeso.
Entre los desencadenantes de los kilos de más, se incluyeron la edad de la mascota, el sexo, la castración e incluso el peso del dueño.
Los kilos de más
Bueno, en general, resultó desde el estudio hecho por la universidad danés, que los perros obesos eran más del doble si los dueños tenían sobrepeso u obesidad en comparación con aquellos con dueños de peso corporal normal: 35 % respectivamente contra 14 %.
Según los investigadores, el dueño de peso normal suele dar premios de comida a su perro sobre todo y solo con fines educativos, mientras que el de sobrepeso lo hace sin un motivo justificado.
Por ejemplo, cuando se sienta en el sofá frente a la TV y come un bocadillo o unas galletas que también comparte con su perro.
Nuevamente, por lo tanto, es el factor humano el que causa problemas de salud a las mascotas.
Y la obesidad, que afecta a alrededor del 50% de los perros europeos (57% en los Estados Unidos) es un problema que no debe subestimarse, ya que puede provocar problemas óseos y articulares, hipertensión, enfermedades del corazón.
Las razas con riesgo de obesidad
Un perro se considera obeso cuando supera en un 15% su peso óptimo. Referente a esto es importante también conocer el peso ideal para tu perro.
Y suele ocurrir no sólo si ingiere un exceso de calorías respecto a sus necesidades, sino también si tiene una actividad física reducida (entre otras cosas, es fácil que una persona con sobrepeso sea sedentaria y por lo tanto también que su perro rara vez deja la casa).
Otros factores son la edad avanzada y la esterilización (en estos casos basta con cambiar la dieta reduciendo las raciones y aumentando las proteínas y fibras frente a los hidratos de carbono).
O una predisposición por la raza (los de mayor riesgo son: Labrador Retriever, Beagle, Basset Hound, Cócker Spaniel, Teckel (“perro salchicha”), Collie, Pastor Alemán y Terrier).
¡No a la salchicha!
En definitiva, prevenir la obesidad en los perros alimentándolos correctamente o poniéndolos a dieta en caso de alarma no es crueldad, sino un salvavidas.
Al igual que sacarlo a menudo para permitirle hacer ejercicio regularmente y controlar periódicamente su peso.
Entonces, la próxima vez que tu perro pida que le dejemos un trozo de salchicha debajo de la mesa, pensémoslo: porque un perro gordo nunca es feliz.