¿Quién puede resistirse a esos ojitos tiernos? Seguro que conoces esa expresión en el rostro de nuestros fieles amigos peludos cuando intentan pedirnos algo.
Cuando tu perro te mira con esta carita y con sus ojos te quieren hablar. Algunos le llaman el efecto “Gato con Botas”, en referencia a los ojos grandes del famoso personaje de la serie de películas de Shrek. Y ahora resulta que son principalmente las mujeres quienes caen bajo su hechizo, cambiando su tono de voz y actitud.
En un reciente estudio publicado en Nature realizado por investigadores de la Universidad de Lincoln, se pidió a los participantes que “conversaran” con perros que tenían ojos de diferentes tamaños. Lo que descubrieron es que las mujeres, pero no los hombres, hablaban con un tono de voz más agudo cuando se dirigían a los perritos con ojos más grandes.
El equipo de investigación bautizó esta reacción como “El efecto gato con botas”, revelando por primera vez diferencias fundamentales en cómo hombres y mujeres perciben la ternura.
Investigaciones anteriores ya habían demostrado que, al comunicarnos con bebés y perros, tendemos a hablar con un tono exagerado para captar su atención.
Una investigación reciente también ha demostrado que los perros comprenden el lenguaje corporal humano y, lo que es más interesante, responden particularmente bien a las voces femeninas. Esto se debe a que las mujeres tienden a híper articular las vocales y utilizar una gama más amplia de tonalidades en su voz en comparación con los hombres.
Esto nos lleva a la interesante conclusión de que existe una especie de reciprocidad en la atención que los perros prestan a las mujeres y viceversa. Las mujeres sienten que los perros con ojos grandes son simplemente adorables y tiernos, y esto se traduce en una necesidad constante de mimarlos.
El equipo de investigación reclutó a 21 participantes masculinos y 24 femeninos a los que se les pidió que hablaran con fotos de perros de 12 razas diferentes. Las fotos se manipularon de modo que los ojos de cada perro fueran un 15% más pequeños, un 15% más grandes o un sorprendente 30% más grandes de lo normal. Aunque la razón detrás de este efecto aún no está completamente clara, los investigadores creen que tiene que ver con un fenómeno llamado “neotenia”, en el cual los animales con ojos más grandes son percibidos como más jóvenes.
Desde la Universidad de Sussex explican: “Esto también confirma que, como seres humanos, tendemos a responder más a la juventud percibida de los animales. Sin embargo, cuando el tamaño de los ojos es excesivo y parece fuera de lugar, surge otro efecto en el que los perros en general se vuelven menos agradables y más inquietantes de ver. Este efecto es más evidente en razas como el Carlino o el Pomerania, que ya tienen ojos relativamente grandes en comparación con el tamaño de sus cabezas”.
En resumen, nuestros amigos de cuatro patas tienen un poderoso as en la manga: esos ojos grandes y tiernos que nos hacen hablar con voces más agudas y derretirnos de ternura.
La próxima vez que tu perrito mire fijamente con esos ojitos encantadores, ¡no dudes en ceder a sus encantos! Está científicamente comprobado que es difícil resistirse al Efecto “Gato con Botas”.
Y recuerda, cuanto más grande no siempre es mejor cuando se trata de los ojos de tu peludo amigo, hay un punto en el que la ternura se convierte en algo un poco espeluznante. ¡Así que mantén esos ojitos en equilibrio!
