Cuántas veces nos hubiera gustado ir al restaurante con nuestro perro o a un bar para disfrutar de un momento de relax por un aperitivo o una cena. No siempre es una buena idea a menos que hayamos educado a nuestro perro previamente de forma adecuada.
Quisimos investigar y recopilado diferentes opiniones, y hemos resumido unos consejos bastante satisfactorios para no perder la esperanza de poder ir al restaurante con nuestro perro y no tener demasiados problemas.
El momento de comer en casa o en un restaurante es siempre una ocasión muy emocionante para nuestro amigo de cuatro patas. La regla general durante el almuerzo o la cena sería no darle al perro nada de nuestra comida y acostumbrarlo a que él tiene su comida y nosotros la nuestra.
Pero con muchas suerte, las cosas están también cambiando, muchos lugares públicos están permitiendo el libre acceso a mascotas, transformándose en lugares PET FRIENDLY. Como también se están especializando en recibir de forma adecuada a los diferentes nuevos huéspedes, sea en restaurantes que en hoteles.
Muchos prefieren facilitar esta tarea al hacer que el perro coma primero, para que, con el estómago lleno, tenga menos tentaciones de pedir comida. Sin embargo, como pueden imaginar, a menudo esta técnica no siempre da resultados positivos.
Cuando te sientas a la mesa, es probable que tu perro (con el estómago lleno o vacío) esté intrigado y atraído por los olores, que seguramente son más interesantes que lo que está acostumbrado a comer. Manteniendo la regla de no “regalar” nada, esperar el momento adecuado para ofrecerle algo podría ser incluso productivo.
¿Cómo actuar en casa?
- Mientras comen, traten de ignorar las solicitudes del perro.
- Alejarlo a menudo tiene el efecto contrario. En su lugar, hagan un ruido molesto para apartarlo.
- No cedan ante su mirada suplicante.
- Tarde o temprano se cansará. Se resignará y se alejará o se acostará.
- Es en este preciso instante cuando se debería dar un posible premio: justo cuando el perro se acuesta.
… ¿y al bar?
Una vez que, en casa, en su mesa, hayan logrado un buen equilibrio y buenos resultados, podrán pasar a realizar las primeras pruebas afuera de casa.
Comiencen con la PRUEBA DE BAR.
Si su perro ya está acostumbrado a este tipo de lugar, no tendrán problemas para realizar este ejercicio. En caso contrario, podría ser un poco desafiante, pero les invitamos a intentarlo.
Elijan una mesita y una silla que les permitan tener un ojo en la zona con más movimiento.
Antes de sentarse, coloquen al perro junto a ustedes, sentado de costado.
A partir de ese momento, no deberían dar más comandos. Si el perro se levanta o lo hace en cualquier momento, háganlo sentar nuevamente ayudándose con la mano y empujando ligeramente su trasero.
Disfruten de su capuchino y su brioche y luego continúen con el paseo.
Es importante controlar la posición del perro, que nunca debería estar debajo de la mesa o detrás de la silla, porque no tendrían un control adecuado.
Si llega otro cliente con un perro, está claro que tendrán trabajo para volver a poner el suyo en su lugar, pero si tienen un poco de paciencia, al final lo lograrán.
A veces sucede que el perro, después de intentar levantarse varias veces, resignado, decide acostarse. En este momento es importante que reciba una recompensa inmediata (exactamente como hicieron en casa).
Como han visto, lo ideal sería no dar comandos para hacer que el perro se acueste. Es preferible que el perro, en esta situación, aprenda por sí mismo, a través de ensayo y error, cuál es el comportamiento más conveniente.
La prueba en el restaurante
La prueba en el restaurante es muy similar a la del bar, con el mismo de cuidado y atención a su mascota.
La diferencia radica en la mayor dificultad debido al tiempo de permanencia. En general, un perro puede mantener la concentración durante aproximadamente veinte minutos.
Y lógicamente, el tiempo para tomar un refresco o comer un plato de pasta es muy diferente.
Por lo tanto, es importante tener más paciencia y prestar más atención.
En caso de que lleguen “fans” de perros que quieran acariciarlo o mimarlo elija cual podría ser la mejor opción:
1. Permitan que estas personas disfruten del momento; cuando el perro responda a los “avances”, déjenlo ir por unos segundos y luego llámenlo de regreso a su lugar.
2. Expliquen que prefieren que no lo toquen, porque están trabajando y quieren acostumbrarlo a estar tranquilo en el restaurante.
¡Firmeza, pero nunca ira!
La “corrección” que hagan al perro cuando es indisciplinado puede tener una intensidad variable dependiendo de su forma de actuar o de su estado de ánimo en ese momento.
Ya sea que apliquen mucha fuerza o que utilicen una extrema delicadeza, siempre deben mantener la calma y no mostrar signos de nerviosismo.
Por lo tanto, nunca deben enojarse con el perro.
Pueden usar un poco más de actitud decidida solamente si son capaces de no acompañarlo con ira.
Antes de embarcarse en cualquier prueba, asegúrense de estar en un estado de calma y disposición para tener la paciencia necesaria, repetir y volver a intentar, y tener el entusiasmo suficiente para motivar a su perro.
Si todo va bien, ahora si se merecen un buen almuerzo con sus amigos y su nuevo compañero.