La respuesta es simple: Sí, pueden. Sin embargo, frente a un perro joven o cachorro, la diferencia probablemente solo sea la rapidez con la que éstos últimos lo hacen (aprenden).
La ciencia lo respalda, los perros adultos o viejos pueden aprender nuevos trucos, pero los perros más jóvenes aprenderán más rápido.
Cuidar de nuestros perros en la tercera edad es muy importante. No solo debemos cuidar su alimentación, su entrenamiento físico cuidando los huesos y articulaciones, también su mente necesitas estar activa.
Esto se debe probablemente a que, con la edad, al igual que en nosotros los seres humanos, las habilidades cognitivas como el aprendizaje, la memoria y razonamiento se ven afectados.
Aparte de la edad, hay otros factores que afectarán el aprendizaje de algo nuevo en tu perro adulto, como, por ejemplo, la manera, forma o técnica que usas para lograr dicho propósito.
Se ha demostrado que una de las mejores formas de lograr aprendizaje es a través de motivaciones o reforzadores positivos, y no utilizando la fuerza o castigos físicos o verbales para lograr una conducta deseada.
Todo esto generará estrés, confusión y frustración en tu perro, sobre todo si se trata de un adulto o geriatra, obstaculizando y retrasando el aprendizaje.
Otro factor a tomar en cuenta es el tiempo que nuestro perruno lleva realizando una conducta determinada.
Mientras más tiempo haya pasado desde que presenta cierta conducta (ladrar a sonido del timbre, por ejemplo), más condicionamiento podría haber, haciendo más difícil variar o modificar esa conducta, pero no imposible.
Recomendación
Recordemos que la modificación conductual usualmente se logra a mediano-largo plazo, sobre todo en perros adultos, y con mucha constancia.
Si mi perro no tiene problemas conductuales, ¿es bueno enseñarle algunos trucos nuevos?
¡Sí! El entrenamiento en comandos básicos (con técnicas positivas) de un perro adulto o geriatra puede traerle muchos beneficios, ya que, al trabajar su sistema sensorial, estarás mejorando su bienestar emocional y le brindarás una rutina mentalmente saludable.
Esto puede incluso retrasar la aparición de problemas degenerativos del sistema nervioso central, como el Síndrome de Disfunción Cognitiva, el cual se presenta mayormente en perros de 10 años de edad o más.
En perros adultos o geriatras, el aprendizaje puede darse de una manera más lenta, y su flexibilidad cognitiva puede ser menor.
Pero sí pueden aprender nuevas cosas o modificar otras, siempre que el abordaje o técnica sea adecuada.
Protegiendo su bienestar físico y emocional, y trasmitiendo un mensaje claro para la percepción de nuestro perruno, podremos lograr muchas cosas.