Las tortugas acuáticas necesitan un entorno que esté compuesto tanto por tierra como por agua. De allí su nombre: terrario de agua.
¿Y qué tal si en lugar de comprar un terrario tú le haces uno?
Lo mejor es que este proyecto puedes hacerlo en familia con el abuelo, tu papá o mamá, tus hermanos, en fin cualquiera que quiera unirse para ayudarte. ¿Te animas? Aquí te decimos cómo:
- La bañera
Si la tortuga es pequeña puedes utilizar un tanque de plástico con capacidad para unos 30 litros.
La profundidad del agua debe ser como el ancho de su caparazón, y si fuera el doble mucho mucho mejor para que se sumerja por completo.
La temperatura ideal es de 24 a 26 grados durante el día (nunca por debajo de 20 °C). Consulta con un profesional, podrías usar un calentador de acuario, sumergido en agua.
Elimina los olores desagradables y la descomposición del agua instalando un filtro y cambia el agua cada 10 o 15 días. Y en primavera-verano cambia el agua con más frecuencia porque las tortugas comen más.
- La playa o zona seca
La tortuga debe llegar a su “playa”, la zona seca, con facilidad para poder secarse. Puedes llenar su playa con piedras de río. Evita los materiales afilados o puntiagudos.
Debes colocar una fuente de calor en su playa para llevar la temperatura del área a 30 ° C. Un foco de 40 a 60W sirve.
- La iluminación
Necesitas una lámpara UVB especial para tortugas. La consigues en las tiendas especializadas en reptiles. Y como si se tratara del sol enciéndela de día unas 14 horas y por la noche apágala. Pregunta a qué distancia se debe colocar. No queremos que la tortuga tenga quemaduras.
En verano y primavera, lo ideal es que las pequeñas tortugas estén al aire libre para disfrutar del sol natural y de la sombra en caso suba mucho la temperatura.
Si tu tortuga de agua ya tiene dos años, y tienes la suerte de tener un estanque en el jardín, deja que disfrute de la naturaleza todo el año.