Otoño llega el frío, unos consejos para tu mascota

Todavía no parece, pero ya estamos en otoño, los días ya se van acortan y las agradables temperaturas del verano dan paso a los rigores del frío. Unos consejos para tu mascota, útiles para defender a nuestras mascotas del frío.

Al igual que nos pasa a los seres humanos, con el frío del otoño aumenta el requerimiento calórico, y por ello, sería importante que las comidas fueran más sustanciosas, sobre todo si hablamos de animales que viven al aire libre, y que están más expuestos que otros a los rigores del próximo otoño e invierno.

A cada uno su comida

La comida ideal para un animal que pasa mucho tiempo al aire libre durante la época de frío debe ser completa y nutritiva, rica en proteínas y grasas y equilibrada en relación con cada individuo y por tanto con su estilo de vida, su edad y su estado de salud.

Si, por el contrario, nuestros amigos viven en casa, sus necesidades calóricas probablemente cambiarán poco y, de hecho; una ingesta excesiva de energía podría incluso correr el riesgo de hacerles ganar demasiado peso, con los posibles efectos negativos para la salud que esto conlleva.

Elaborar una dieta para nuestros amigos no es una tarea nada sencilla, ya que hay muchos factores que deben tenerse en cuenta.
Lo ideal sería contar con el asesoramiento y orientación de un veterinario de confianza. Quien, conociendo la historia y estilo de vida de cada uno de sus pacientes, es capaz de sugerir las soluciones más adecuadas para cada uno.

Otoño llega el frío
Grande o pequeño

No todos los perros y gatos sufren el frío de la misma manera. Los animales más grandes, dotados de pelaje con subpelo y sin problemas de salud particulares, toleran mejor los rigores del otoño y del invierno que los sujetos muy jóvenes o viejos, afectados por patologías o sin subpelo.

Para sujetos más sensibles puede ser muy útil adoptar pequeñas precauciones para una mayor protección contra el frío, como el uso de abrigos o chubasqueros, por ejemplo.

Choques térmicos, no gracias

En sujetos que necesitan una ayuda extra para defenderse del frío, el abrigo es un aliado válido para amortiguar el choque térmico que se produce al pasar de un ambiente caldeado como una casa a uno al aire libre.
De hecho, esta diferencia de temperatura puede dar problemas a nuestros amigos al igual que nos pasa a los humanos.

Por eso, sería bueno que la transición de adentro hacia afuera, para los animales que viven en casa, nunca fuera demasiado abrupta. Si tenemos un pasillo sin calefacción, por ejemplo, podríamos detenernos allí unos minutos antes de salir.

Un abrigo contra la lluvia, es siempre un excelente aliado, y evita que la temperatura corporal del perro o gato baje más si se moja.

Resguardar el perro en el jardín

Si nuestros amigos viven al aire libre, debemos prestar especial atención a su cobijo, que debe ser capaz de mantenerlos secos y defenderlos de corrientes de aire y cambios bruscos de temperatura, que son casi tan dañinos para ellos como para nosotros.

Por ello, será bueno que nos dediquemos con especial cuidado al alojamiento de nuestras mascotas. Su jaula debe colocarse en un lugar resguardado, bien aislado, quizás un poco elevado del suelo (siempre que nuestros amigos no tienen dificultades motrices) y equipado con una o varias mantas de telas cálidas, que puedan cubrir el suelo y, si necesario, las paredes también.

Perro en otoño
Abrigos, mantas y platos

Las mantas son preciadas aliadas para una mayor defensa del frío, pero siempre debemos comprobar que estén secas, porque un abrigo húmedo nunca es beneficioso, sobre todo cuando la columna de mercurio tiende a descender por debajo de los diez grados. Por lo tanto, debemos recordar cambiar las mantas dentro de la caseta del perro con frecuencia, especialmente en caso de mal tiempo. 

En este último caso también es importante que el abrigo de nuestros amigos esté siempre perfectamente seco, para que pueda realizar plenamente su función de aislante térmico.

Si el frío es muy intenso, también tendremos que estar atentos al agua a disposición de los animales, porque podría congelarse. En este sentido, puede ser útil cambiar los recipientes de metal por otros de plástico (solo por esta ocasión), que tienden a enfriar un poco menos el agua de su interior. Al igual, nunca le debe faltar agua.

Si las temperaturas bajan demasiado, en cualquier caso, valoramos la posibilidad de alojar a nuestros amigos en un lugar más reparado o más caliente, al menos durante los momentos más fríos.

Cuidados en el garaje

Se vas a elegir de dejar tu mascota en el garaje, en la temporada más fría, acuerda de tener cuidado con diferentes elementos que podría ser peligroso para él. Uno en particular es el anticongelante para el carro. Evitar en absoluto que el perro entre en contacto con este líquido. Es una sustancia muy tóxica pero que al mismo tiempo tiene un sabor dulzón apreciado a menudo por los animales.

Nunca los dejes solos en el carro

Un poco como ocurre durante el verano, incluso con el frío es importante no dejar sola las mascotas adentro del carro en invierno con bajas temperaturas. Del mismo modo que el carro se puede convertir en un auténtico “horno” cuando se expone al sol, su temperatura puede descender cuando el motor está apagado y hace mucho frío en el exterior. Esto puede ser fatal para un gato o un perro en el interior.

Por último, pero no menos importante, es posible que los perros o gatos callejeros busquen cobijo debajo de los coches en los meses más fríos, atraídos por el calor de los motores. Para evitar accidentes dramáticos, por lo tanto, es un buen hábito mirar debajo del automóvil antes de arrancar; o tal vez dar unas pequeñas palmaditas en el marco para que los “invitados” se alejen.

El tamaño adecuado

Los abrigos son útiles para proteger aún más a los perros de las heladas. Podemos elegir entre modelos acolchados o no acolchados, con capucha o incluso impermeables que pueden protegerte de la lluvia. Sea cual sea nuestra decisión, debemos asegurarnos de elegir una prenda de la talla adecuada y elaborada con materias primas de calidad.

No a todos los perros, especialmente a los gatos, les gusta usar ropa. Si nunca los han probado antes, requerirá algo de dedicación y paciencia, tal vez experimentando con diferentes modelos para llegar al que mejor se adapte a nuestros amigos.

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