Cuando hay niños en casa, en algún momento la pregunta es inevitable y pronto sale a flote: Mami, Papi, ¿Puedo tener un perrito / gatito?
¿Cómo lograr la convivencia armoniosa en niños y mascotas?
¡Veamos las pautas a tomar en cuenta para lograr una convivencia armoniosa!
Cuando hay niños en casa, en algún momento la pregunta es inevitable y surge: Mami, Papi, ¿Puedo tener un perrito / gatito? Lo consideramos y decidimos traer a casa un nuevo amigo de cuatro patas. Aunque hay mucho amor para dar, y se ha demostrado que tener mascotas en casa ayuda mucho a los niños a entender responsabilidades y generar vínculos afectivos desde temprana edad, algunas veces tenemos problemas con las conductas de nuestra nueva mascota y no logramos una convivencia armoniosa.
Antes de traer un perrito o gatito a casa, es ideal poder considerar lo siguiente:
Edad de el o los niños, disponibilidad de tiempo por parte de los adultos en casa y características de la mascota.
La edad del niño es importante, ya que en cierta edad (entre 1 y 2 años de edad) los niños están recién aprendiendo a controlar impulsos y movilizarse por casa, y la llegada de una mascota implicará doble responsabilidad para los padres.
Pues deberán supervisar en todo momento las interacciones iniciales, sobre todo si el perrito o gatito es cachorro aún (suelen ser más juguetones y también se encuentran en un proceso de descubrimiento del mundo).
Aquí será importante la guía de los padres para enseñarle a sus pequeños que las mascotas deben ser abordadas con cuidado y respeto y que no son juguetes.
Debemos educar a los cachorros para que no les teman a los niños (o se estresen) y se habitúen a los estímulos (movimientos, gritos, y llantos de los niños, por ejemplo) de manera gradual y positiva.
La disponibilidad de tiempo por parte de los adultos, es importante para poder cubrir las necesidades básicas conductuales de la mascota y también para trabajar en su educación.
En el caso de perritos, necesitarán pasear entre 2 a 3 veces al día, así como jugar en casa, si no hay mucha disposición para esto, puede que nuestra mascota se estrese y se sienta irritada.
En caso de los gatitos, brindarle espacios y recursos adecuados (como lugares altos, refugios y juguetes adecuados) debe ser algo que debemos tomar en cuenta para que se sientan tranquilos y felices.
Recordemos que la educación de la mascota debe ser en positivo, ya que, si utilizamos castigos verbales o físicos, además de atentar contra su bienestar emocional y físico, nuestra mascota puede asociar que “algo malo pasa cuando el niño está cerca”, haciendo que se rompa el vínculo seguro y nos alejemos de la convivencia armoniosa.
Las características de la mascota a tomar en cuenta, serán la especie, la edad, y en caso de ser cachorros el temperamento y tiempo de destete, y si son adultos la tendencia de comportamiento que presenta.
En cuanto a la especie, sabemos que las necesidades conductuales del perro y gato son diferentes, así que dependerá también de la disponibilidad de la familia (un gato no sale a pasear, por ejemplo, pero si necesita otras cosas en casa que el perrito no).
La edad de la mascota es importante también, recordemos que un cachorro destetado muy pronto (antes de las 8 semanas de edad) puede presentar comportamientos más problemáticos (frecuencia alta de mordida por juego, falta de control de impulsos, problemas de apego, etc.) que otros que si hayan permanecido con mamá y hermanos de camada hasta esta edad.
Por lo que su educación será más trabajosa (¡pero no imposible!) y es muy importante disponer del tiempo para realizarla y basándose en técnicas adecuadas que no pongan en riesgo su salud conductual (técnicas inadecuadas basadas en castigo podrían hacer que resulte en una mascota agresiva, y los niños en casa son un factor de riesgo).
Si el cachorro fue separado de mamá a la edad adecuada, de todas formas, su periodo de cachorro necesitará guía, tiempo y supervisión (enseñarle a regular mordida, enseñarle a pasear en caso de perritos, enseñarle a ir al baño, enseñarle a jugar adecuadamente, etc.).
Si la mascota ya es adulta, debemos conocer bien sus antecedentes y personalidad, y asegurarnos, antes de traerla a casa, de que sea sociable con niños y no presente miedo o estrés ante ellos, ya que esto pondría en riesgo a los niños (existe la agresividad por miedo y también la asociada a estrés) o también la mascota tendría un proceso de adaptación muy estresante y podría enfermar.
Cuando tenemos niños y mascotas (perro o gato) en casa, es importante ocuparnos de la educación de ambas partes. Muchas veces solemos pensar que el perro o el gato debe soportar todo lo que hace un niño y nunca atacarlo, sin embargo, este pensamiento es errado ya que las mascotas son seres vivos y también son capaces de sentir miedo, frustración y estrés, y su manera de comunicarlo es a través de conductas.
Lamentablemente los signos de agresividad no quedan excluidos en estas situaciones.
Debemos enseñar a los niños a tratar con respeto a los perritos o gatitos, y también educar y guiar a nuestra mascota desde temprana edad para que pueda habituarse a nuestras reglas de convivencia en casa, siempre con técnicas positivas, protegiendo así su bienestar físico y emocional.
Si tienes niños en casa y tu mascota presenta problemas conductuales, la mejor manera de ayudarla es con la asesoría etológica adecuada de un profesional en comportamiento canino y felino, te ayudaremos a entender las conductas de tu mascota y te brindaremos las opciones de abordaje más adecuadas cuidando siempre su bienestar físico y emocional.