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Los perros en la tercera edad

En la tercera edad, los perros necesitan una dieta equilibrada, ejercitarse adecuadamente, así como cuidados y más atención para disfrutar de una vejez sana y feliz.

Si con los años, los gatos suelen buscar la soledad y esconderse cuando avanzan la edad y las dolencias, un perro también muestra claros signos de su estado de salud y edad avanzada. Así por ejemplo, si notamos que rechaza la comida o no mueve la cola cuando llegamos a casa, lo correcto será investigar la situación para verificar que se trata de algo excepcional y no de una señal de alarma.

A medida que avanza la edad, es usual notar problemas en las extremidades traseras de algunas razas, cuyas caderas a menudo ceden o puede tener diferentes problemas.

El ejercicio es muy importante para los perros de todas las edades y con los años se convierte en una forma eficaz de mantener a nuestro perro en forma y saludable para los años por venir. Un perro que no pasea, que lleva una vida sedentaria, probablemente presentará patologías degenerativas en los músculos o huesos que afectarán su movilidad. Así que el ejercicio es uno de los pilares de la salud.

A saber, un animal sabe cuándo está enfermo, pero no sabe por qué. Puede tener una herida en la pierna y lamer la parte lesionada, pero no puede notar “racionalmente” por qué su pelo se está volviendo blanco o las causas del dolor en las articulaciones.

Como su familia, somos responsables de hacerle más fácil la transición de una etapa de la vida a otra con más atención y mucho amor.

El alimento en cada etapa de la vida

Veamos el caso de Mandy, un labrador de 13 años que recientemente sufría de incontinencia. Su familia no había enfrentado antes esta situación.
Un cachorro puede ensuciarse en la casa, pero cuando le sucede a un perro mayor, una de las razones puede ser la dieta. Mandy parecía mortificado por el incidente y asumió comportamientos depresivos, ocultándose por varias horas y negándose a pasear. Preocupada, su familia estaba considerando la eutanasia a pesar de que el perro seguía comiendo con regularidad.

Los análisis de sangre mostraron que algunos valores irregulares estaban relacionados con su dieta, el perro siempre había estado acostumbrado a comer alimento seco de la mejor calidad, pero evidentemente la ingesta de proteínas y carbohidratos ya no era la adecuada para su edad. Modificada la dieta, Mandy volvió a estar más alegre, no tuvo más episodios de incontinencia y vivió feliz junto a sus dueños durante otros años más.

Para el perro en la tercera edad conviene elegir un alimento tanto seco como húmedo, rico en fibra y vitaminado. Se recomienda contar con la opinión de un veterinario y sobre todo usar el sentido común en la elección del producto, recordando que “los alimentos más publicitados no siempre son los mejores”.

A medida que nuestro engreído envejece es muy importante llevarlo periódicamente al médico veterinario para que realice los análisis correspondientes y estar atentos para prevenir posibles problemas de salud. Y así disfrutaremos por muchos años más de la compañía de nuestro querido amigo a nuestro lado.

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