Los gatos también envejecen. Con el pasar de los años, se producen muchos cambios en la fisiología, el comportamiento y la vulnerabilidad que no deben subestimarse.
Y así es, esto pasa también a los gatos, como sucede con nosotros, los seres humanos, y con los perros, algunos ejemplares pueden desarrollar demencia senil, con un declive en las facultades mentales lo suficientemente grave como para interferir con la vida cotidiana.
¿Qué es fisiológico y qué no?
Aunque la edad media para los gatos sea de 12 años según la literatura científica, hoy en día viven mucho más tiempo que hace 20 años. Así que, según los nuevos estándares, un gato puede considerarse maduro a partir de los 7 años, anciano después de los 11 y senior después de los 15.
Sin embargo, a menudo nos damos cuenta de que un gato está envejeciendo por sus comportamientos dictados por cambios puramente fisiológicos, lo que incluye una reducción en la capacidad de oler y saborear los alimentos, de digerir grasas y proteínas, una disminución en la audición, así como una disminución en la vista, un déficit inmunológico y una menor tolerancia al estrés. Y todo esto es normal. Sin embargo, lamentablemente, este proceso puede verse acelerado y agravado por la demencia, que es una disfunción cognitiva que afecta la memoria, causando desorientación, aislamiento y estrés.
Entender los síntomas
La demencia felina puede ser una realidad dolorosa de afrontar. Podría romperte el corazón ver a tu gato anciano deambular por la casa desorientado, maullando lastimosamente o simplemente mirando al vacío.
Lo primero que debes hacer cuando observes un cambio en el comportamiento o la rutina diaria de tu gato es ponerte en contacto con tu veterinario para descartar problemas médicos e intervenir lo antes posible para seguir ofreciéndole una buena y mejor calidad de vida, a pesar de la enfermedad cognitiva.
No más salidas
Si a tu gato se le ha diagnosticado demencia senil, su vida ya ha cambiado y nos corresponde a nosotros facilitarle y ayudarle en esta fase delicada.
El primer gran cambio es que, por su seguridad, un gato con demencia debe ser estrictamente mantenido en casa, esto se debe a que debido a la desorientación podría perderse y lastimarse.
Si tu gato ya está acostumbrado a salir con correa, se pueden mantener las salidas durante un tiempo, hasta que estas le causen estrés. Algunos propietarios equipan a sus gatos con localizadores GPS para usar también en casa, en caso de que su gato anciano se esconda.
Limitar el estrés
Los gatos también se estresan, y es sin duda otra situación importante de manejar, especialmente porque un gato con demencia senil enfrentará mayores desafíos que podrían confundirlo o causarle tensión, ansiedad o angustia.
La profesora Katherine Houpt, comportamentalista del College of Veterinary Medicine de la Universidad Cornell, recomienda “no cambiar las cosas en el entorno del gato. Los cambios son estresantes para los gatos en cualquier etapa de la vida. Por lo tanto, no es el momento de reorganizar los muebles, pero considera la idea de agregar una rampa o una escalera para ayudarlo a alcanzar por sí mismo el alféizar o sus lugares preferidos elevados.
También podría ser útil instalar luces nocturnas en toda la casa para ayudar a tu gato a ver mejor durante la noche”. Y para mantener su cerebro activo, “debemos fomentar el juego”: esto podría retrasar la aparición de otros síntomas.
Pérdida de la rutina
Otro aspecto problemático es la bandeja de arena. Los gatos con demencia tienden a perder su rutina, a no limpiarse regularmente y también a olvidar el uso de la bandeja de arena. Lo primero que debes hacer es hacer que el acceso sea lo más fácil posible, en un lugar que no requiera subir o bajar escaleras, optando por bandejas con bordes bajos y, si es necesario, agregando una segunda bandeja en otro lugar de la casa para ayudarlo a manejar mejor sus necesidades.
Cuando ya no tiene hambre
La demencia también tiende a hacer que tu gato pierda la sed y disminuya el estímulo del hambre. Por lo tanto, es importante asegurarse siempre de que coma y beba regularmente. Incluso solo 24-48 horas sin comida pueden afectar su metabolismo. El veterinario podría recomendar alimentos más apetitosos, estrategias para estimular el apetito, así como suplementos que puedan ayudarlo.
Una ayuda también para nosotros
Sabemos que manejar un gato anciano con demencia puede ser desafiante, pero es importante mantenernos positivos y pacientes.
Los cambios que está experimentando tu gato anciano son confusos y frustrantes incluso para él.
Pero incluso simplemente acariciarlo y sostenerlo tranquilamente en tu regazo los calmará a ambos.
Y aunque quisiéramos que existiera una píldora mágica que pudiera retroceder el reloj del envejecimiento, lo mejor que podemos hacer en esta etapa es buscar ayuda de un experto y estar preparados psicológicamente para los próximos desafíos.
Cuidar a un gato anciano que padece demencia senil es un compromiso que requiere paciencia, amor y comprensión. Aunque pueda resultar desafiante, ofrecerle un ambiente seguro y familiar, así como buscar ayuda profesional cuando sea necesario, puede marcar la diferencia en su calidad de vida.
Recordemos que, al final del día, nuestro afecto y dedicación son los mejores remedios para acompañar a nuestros queridos felinos en esta etapa de sus vidas.