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¿Muy fácil tener un gato feliz?

Hacer que sea un gato feliz en casa, no es cosa tan difícil. Quienes tenemos uno o más gatos en casa, sabemos lo reconfortantes que son los ronroneos y ese calorcito cuando se echan en nuestro regazo.

Por cierto, no todos los gatos son cariñosos, algunos prefieren su espacio y evitan el contacto físico, otros toleran las caricias por poco tiempo. Todo depende de cómo es la personalidad y cómo se siente el gato en su casa.
Si un gato tiene la posibilidad de exhibir sus conductas naturales en un ambiente seguro, donde es bien alimentado y cuidado, podemos decir que se trata de un gato con un bienestar corporal y emocional óptimo. Es dos palabras: ¡Es feliz!!
Conozcamos los 5 pilares que permitirán que nuestro gato o gatos experimenten tranquilidad, seguridad y el mínimo estrés en su rutina diaria.

Un gato feliz en casa

Pilar 1

Vivir en un lugar seguro

Los gatos como cazadores solitarios están expuestos a sufrir una lesión, por ello, si existe un peligro, buscarán la forma de esconderse o aislarse. En casa, este peligro puede ser la presencia de otro gato, el sonido de la aspiradora, la visita de familiares (personas extrañas) o simplemente un olor que no es familiar.
Un gato en su “zona segura” podrá sentirse aislado, protegido y al mismo tiempo con una sensación de privacidad. Un gato en “su espacio” podrá sentirse relajado como para dormir descansar.
Estas zonas seguras pueden ser desde cajas de cartón, rascadores tipo torre, repisas, estanterías con varios niveles, hamacas desmontables.
Y si es posible, tu gato podría usar también un armario, closet o cajones vacíos. Incluso, si has introducido de forma positiva el uso del transportador, tu gato puede usarlo como una zona de escondite o descanso.

Pilar 2

Cada gato sus cosas
(Muchos recursos distribuidos de forma estratégica)

En un hogar “multigatos” se suelen formar grupos sociales. Esto lo podemos observar cuando dos de ellos o más pasan tiempo juntos, se acicalan y frotan mutuamente, juegan y duermen uno cerca del otro. También puede haber gatos que no forman parte de este grupo social, prefieren estar solos, no comparten las actividades con el resto, a excepción de la comida, y aparentan estar más felices si están aislados del otro grupo social.
En estos casos, en los que tenemos grupos sociales diferenciados, es importante que cada grupo tenga “sus cosas”. Vale decir, acceso a platos de comida, bebederos, rascadores, areneros suficientes para cada gato o los gatos que puedan compartirlos. También es importante que haya varias zonas de escondite y que les dediquemos atención.
La regla general es tener uno más de recursos que el número de grupos sociales. De modo que si en casa tengo cuatros gatos que forman dos grupos sociales (tres gatos que pasan todo el tiempo juntos y uno solitario), debemos tener, por ejemplo, tres areneros, tres rascadores, tres platos de comida, tres zonas de descanso, respetando la distancia entre cada uno y distribuyéndolos de manera que cada grupo puede usar el recurso sin la intromisión del otro.

Siguiendo estas sencillas pautas:
“Brindarle un lugar seguro, que cada gato tenga sus cosas, jugar, caricias, pero no tanto y cuidar su sentido del olfato…
El gato confiará y comprenderá que a nuestro lado solo pasan cosas buenas.

Pilar 3

Jugar y jugar

El gato nunca pierde su instinto cazador, aunque unos son más sedentarios. Sin importar la intensidad de su conducta, cazar es una necesidad para ellos y nuestra obligación ofrecerles diversas actividades en las que muestren todas sus habilidades predadoras.
Al satisfacer la necesidad de caza, prevenimos conductas problemáticas (agresividad en el juego, sobreactividad nocturna) y al mismo tiempo mejoramos su bienestar emocional. Y esto se logra a través del juego.

Cuando juegas con tu gato debes hacerlo siempre con juguetes, evitando el uso de manos, pies u otras partes del cuerpo. Recordemos que la secuencia de caza del gato incluye el acecho y observación, la persecución de la presa y finaliza con la alimentación, la caza propiamente.
Por esta razón, debemos proveer juguetes que satisfagan la secuencia de caza. Por ejemplo, podemos usar cañas de pescar con peluches en un extremo o plumillas que motiven el acecho y observación de la presa. Luego, podemos pasar al uso de pelotas de papel o plástico para motivar la persecución. Los peluches con diversas texturas son otra forma de aumentar la experiencia sensorial del gato. Mientras más se asemeje a un roedor de ave (en forma, textura y tamaño), más satisfacción por el juego sentirá nuestro gato. Igualmente, podemos utilizar juguetes cognitivos o dispensadores de premios, donde el gato tiene que interactuar para obtener una recompensa (premios secos). De esta manera, el gato sentirá que está trabajando por la comida, tal cual lo haría un felino en un hábitat natural.

La secuencia de caza del gato incluye el acecho y observación, la persecución de la presa y finaliza con la alimentación (la caza propiamente). Y así es como debemos de jugar con nuestra mascota. Las cañas con plumas, las pelotas, peluches y hasta los dispensadores de premios son ideales para esto.

Pilar 4

Caricias y cariño sí, pero no tanto

El contacto físico con nuestro gato es tentador porque son criaturas hermosas y fascinantes. No obstante, recordemos que al gato le gusta que su ambiente sea predecible, incluso hasta en como interactuamos físicamente con él.

A muchos gatos, los besos, abrazos y caricias excesivos les parecen invasivos y estresantes, y más si tenemos gatos con problemas de confianza con las personas.

Con los gatos “menos es más”. Mientras menos invadas su espacio, nuestro gato querrá pasar más tiempo con nosotros. Veamos:
• Deja que el gato se aproxime por cariño.
• Acarícialo suavemente en los cachetes, la barbilla o la cabeza.
• Respeta su tiempo. Algunos toleran unos segundos y otros minutos y horas.
• Cuando tu gato deje de ronronear, se levante, se aleje de tu mano o intente morderte significa que ya no desea más caricias.

abrazando tu gato

Pilar 5

Respetar el sentido del olfato

El gato tiene un olfato muy desarrollado que le sirve para procesar los olores en su ambiente. Un gato que se soba contra un sillón está depositando una feromona facial amistosa. Entonces, si otro gato del mismo grupo la huele reconocerá esto como un olor familiar y no como una amenaza. Es decir, se sentirá seguro y cómodo donde está.
Pero también deben saber que existen otras feromonas relacionadas al marcaje territorial, de alarma ante un peligro y de mensajes apaciguadores, entre otros.

El arenero. Cuando un gato orina y defeca deja un olor característico para ubicar su arenero. Por eso, no se recomienda el uso de detergentes, desinfectantes o aromatizantes con olores fuertes en el arenero porque el gato puede experimentar un estrés olfativo y dejar de usarlo para evacuar en otra área de la casa.

Evitemos colocar objetos nuevos o usar productos que puedan alterar la comunicación olfativa de nuestro gato.

Estos pilares pueden aplicarse en hogares con uno o más gatos para prevenir problemas de comportamiento, sentar las bases de una convivencia más armoniosa y estrechar un vínculo afectivo más fuerte con nuestra mascota. Recordemos que cada gato es único.


[1] Las feromonas son sustancias químicas que provocan un comportamiento específico en otro individuo.

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