Mi gato no acepta a otro gato

Cuando traemos un gato nuevo a casa donde ya hay otro gato, no siempre todo sale como esperábamos…
¿Te ha sucedido?
Veamos por qué sucede esto en el siguiente artículo

¿A cuántos de nosotros nos gustaría tener más de un gato en la casa? Pero a veces pasa que el antiguo inquilino, no quiere saber nada de un nuevo compañero en su propiedad.

¿Y qué hacemos?

Los gatos son una especie territorial, esto quiere decir, que estarán siempre atentos de lo que sucede en su territorio, y más aún si ingresa un individuo nuevo, y con éste, olores nuevos. Prestemos atención al sistema de comunicación que tienen los gatos: se comunican a través de emisión de sonidos, sí. Se comunican a través de posturas corporales y expresiones faciales, sí.

Se comunican a través de olores…

Ellos tienen un sistema de comunicación olfativa muy resaltante y desarrollado, lo hacen a través de feromonas específicas, y la emisión de éstas ocurre en su rutina diaria: Al frotar las mejillas y frente en objetos o individuos, al rascar con sus uñas superficies, al sobar su cuerpo contra cosas (o nosotros), incluso al orinar o defecar dejan estas sustancias también. Como vemos, para los gatos es muy importante delimitar y marcar su territorio, les da tranquilidad y estabilidad.

Así, una de las razones principales por la cual un gato no acepta inicialmente a otro gato, es el hecho de que hay un olor nuevo que no identifica como familiar, y el cuadro empeora cuando realizamos la presentación de los gatos de pronto y cara a cara. Esto puede originar la aparición de agresividad por miedo, y también agresividad territorial.
Pero no solo debemos tomar en cuenta el hecho de simplemente “ser gato”, sino que debemos evaluar y analizar a cada gato (el residente y el nuevo inquilino) individualmente, tomando en cuenta factores como la edad de cada uno y las experiencias previas con otros gatos, y determinar su personalidad o perfil conductual. Esto nos ayudará a tener un pronóstico en cuanto al éxito de lograr la convivencia armoniosa, ya que, lamentablemente, no siempre se logra lo deseado.
Cuando hablamos de la edad del gato y sus experiencias previas con otros gatos como factores a tomar en cuenta, es porque, por ejemplo, los gatitos de 2 a 3 meses, suelen ser curiosos y exploradores, haciendo muy fácil la adaptación; sin embargo, si el gato es más grande, y ha tenido una socialización escasa (nunca ha visto otro gato, por ejemplo), suele pasar que la agresividad que manifiestan es por miedo.

También pueden aislarse mucho, manifestando estrés y miedo, y no agresividad, a menos que se vean acorralados y tengan que atacar para librarse de la situación.
Los ataques de un gato al otro en la misma casa, también pueden deberse a agresividad territorial. El gato territorial está siempre cuidando sus recursos y territorio, y si éstos son escasos, con más razón puede aparecer este tipo de agresividad, tanto por parte del residente como del nuevo gato. En este contexto, debemos asegurarnos de que los recursos de nuestros gatos (comida, baño, rascador, zonas tridimensionales, zonas de descanso y refugios) estén en cantidad suficiente y distribuidos de manera adecuada.

Por estas razones, y para evitar la mayor cantidad de conflictos posibles, se debe realizar un protocolo de introducción gradual, con fases específicas, donde cada una tendrá una duración determinada, y donde se trabajan ejercicios para lograr la presentación y habituación adecuada de un gato con respecto al otro. Además, de tener en cuenta los factores de edad, experiencias, y personalidad mencionados arriba.
Hay veces que algunos gatos no se pueden llevar bien, y no se logra la convivencia armoniosa. En estos casos es mejor reubicar al gato nuevo, ya que puede pasar por ejemplo que el gato residente se estrese mucho, a pesar de los protocolos, pueda enfermarse (problemas de piel, problemas urinarios, etc.); o que las personalidades de los gatos sean poco compatibles, y sea contraproducente continuar con el intento de juntarlos.
Recuerda que hay veterinarios dedicados al tema de comportamiento canino y felino, y podemos asesorarlos en estos casos, siempre protegiendo el bienestar físico y emocional de las mascotas.

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