¿Los gatos sufren de depresión? Explorando un nuevo misterio felino

Aunque la naturaleza reservada de los gatos hace que sea difícil descifrar sus estados emocionales, es fundamental abordar la posibilidad de que los gatos puedan enfrentar desafíos similares a los humanos en términos de salud mental. ¿Pueden los gatos experimentar depresión? Aunque esta pregunta puede parecer sorprendente para algunos, es un tema de interés creciente entre los dueños de gatos y los expertos en comportamiento animal.

A nadie le gusta pensar que nuestros gatos puedan estar deprimidos. Sin embargo, aunque es posible que no experimenten emociones de la misma manera que nosotros, algunos podrían sufrir el equivalente humano de la depresión. Reconocer qué señales observar te ayudará a determinar si tu gato está realmente deprimido o no.

El origen de la patología

Los estudios científicos sobre los gatos son considerablemente menos numerosos que los realizados sobre los perros. Por ejemplo, sabemos que los perros que sufren de ansiedad tienen un cerebro diferente en comparación con aquellos que no la padecen, con conexiones cerebrales más fuertes en ciertas áreas.

También sabemos que los perros pueden sufrir de ataques de pánico y que los gatos también experimentan ansiedad por separación como los perros. En cuanto a la depresión, sabemos que los gatos pueden padecerla, pero no se conocen todas las causas, que pueden tener también un componente genético y ambiental.

Sin embargo, de manera sorprendente, los gatos tienden a morder o arañar más a los seres humanos que padecen depresión. Puede parecer absurdo y aunque aún no se conoce la razón, existe una relación causal.

Los síntomas

Existen algunos cambios de comportamiento que pueden ayudarte a determinar si tu gato está deprimido. En primer lugar, podría dormir más de lo habitual, mostrar pérdida de apetito y falta de interés en el juego u otras formas de entretenimiento.

Si es un gato que disfruta salir y cazar, el cambio podría ser más evidente que en un gato de interior acostumbrado a una vida más tranquila, pero si conoces bien sus hábitos, podrás percibir las diferencias. Lo primero que debes hacer cuando observes un cambio repentino en el comportamiento de tu mascota es informar al veterinario para obtener orientación al respecto.

¿Qué puede causarla?

Los cambios drásticos en su entorno y rutina pueden llevar a los gatos a la depresión. Entre estos, algunas posibles causas pueden ser mudanzas o la pérdida de un miembro de referencia de la familia humana.

También el aburrimiento, la falta prolongada de enriquecimiento y estímulos mentales pueden conducir a la depresión. Especialmente los gatos acostumbrados a salir o tener un espacio al aire libre que de repente se ven impedidos de hacerlo o relegados detrás de una ventana podrían caer en depresión

. Algunos también podrían experimentar dificultades con la llegada de otro animal a casa, incluso si es un cachorro: los gatos son criaturas territoriales y usan sus feromonas para marcar su territorio. La introducción de un nuevo animal podría hacer que se sienta inseguro y privado de su territorio de referencia.

Indicios a tener en cuenta

Incluso antes de los síntomas clínicos más evidentes, los gatos podrían mostrar señales tempranas: alarmas que deberían alertarnos de inmediato y hacernos comprender que algo no está bien.

Si tu gato tiene problemas de territorialidad, podría comenzar a arañar más de lo habitual o rociar las paredes. Podría mostrar cambios en el apetito o ser menos o más vocal de lo habitual. Luego podrías notar cambios en la rutina de acicalamiento, una mayor agresividad o intensidad al amasar o el misterio del ronroneo. ¿Sabías que algunos gatos lo hacen precisamente porque están estresados?

Cuando es estrés

Lo que podríamos confundir con depresión, en la mayoría de los casos afortunadamente, es solo estrés pasajero. Por ejemplo, la temporada navideña puede ser muy estresante no solo para nosotros, sino también para nuestros gatos. ¿Cómo prevenir el estrés durante las fiestas navideñas?

Desde el resplandor de las luces hasta el bullicio de los niños, pasando por las visitas de familiares, los alimentos y olores desconocidos, la música y los ruidos repentinos, hay muchas cosas que pueden molestar a tu minino, acostumbrado a una rutina diaria mucho más tranquila y menos agitada, y a poder explorar libremente la casa sin enfrentarse a tantas tentaciones y peligros.

Esto también puede ocurrir en gatos que se mantienen encerrados en un espacio reducido o aislados por un tiempo sin tener acceso libre a su caja de arena o a sus tazones de comida.

La buena noticia es que, una vez que se haya eliminado la fuente de estrés, el estado de ánimo del gato debería volver a la normalidad. Si no es así, busca ayuda de un especialista.

Por lo tanto, si bien es importante estar atentos a los cambios de comportamiento en nuestros gatos que puedan indicar un posible estado de ánimo deprimido, también es crucial recordar que existen diversas razones detrás de tales comportamientos.

Desde cambios en el entorno hasta eventos estresantes, entender las posibles causas y buscar la orientación de un veterinario pueden ayudar a proporcionar el apoyo necesario para el bienestar emocional de nuestras queridas mascotas felinas.

Al estar conscientes de los signos y síntomas, podemos trabajar para brindar un entorno seguro y estimulante que fomente la salud mental y el bienestar de nuestros compañeros peludos.

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