El instinto de caza en los gatos, es una parte esencial de su comportamiento, profundamente arraigado en su naturaleza. Aunque los gatos domésticos ya no necesitan cazar para sobrevivir, este impulso sigue siendo vital para su bienestar físico y emocional.
Los gatos, para ser realmente felices, deben tener la oportunidad de comportarse “según su naturaleza”, siguiendo sus instintos y pasiones innatas.
Sin embargo, no todos los gatos son iguales, y lo que puede ser satisfactorio para uno, puede no serlo para otro.
A pesar de estas diferencias individuales, existe un elemento común en todos ellos: el instinto en el gato de la caza.
Este impulso está profundamente arraigado en el ADN de cada gato, y aunque la domesticación ha eliminado la necesidad de cazar para sobrevivir, la evolución genética ha sido tan mínima que un gato doméstico podría volver a su estado salvaje sin demasiadas dificultades.
Adaptando la caza al gato moderno
En comparación con los perros, los gatos han mantenido gran parte de los instintos y atributos de sus ancestros. Uno de los más evidentes es la caza, aunque en formas que los humanos no siempre comprendemos plenamente.
Lo que muchos no saben es que un gato puede satisfacer su instinto de caza sin necesidad de matar a ninguna criatura y sin siquiera salir de casa. ¿Cómo lo hacen? A través del juego y la actividad física.
El juego como válvula de escape
No existe una fórmula exacta que determine cuánto tiempo debe jugar un gato al día para ser feliz.
Cada gato tiene preferencias diferentes, pero es universalmente reconocido que un entorno enriquecido y adecuado es fundamental para el bienestar felino.
Saltar, perseguir plumas, jugar con una pelota o incluso actividades como el juego de buscar objetos, proporcionan una salida segura para que los gatos ejecuten comportamientos predatorios como acechar, saltar y morder. De hecho, el límite entre el juego y la caza puede ser tan tenue que interactuar con un gato puede volverse peligroso, aunque no tenga intención de causar daño.
Evitar juegos frustrantes, como los punteros láser, y ofrecer recompensas positivas, puede ayudar a mantener la diversión dentro de límites seguros.
El instinto predatorio en los gatos domésticos
Durante generaciones, la caza ha sido la principal forma de sustento para los gatos.
Aunque hoy en día ya no es necesaria para su alimentación, este cambio no ha extinguido el instinto predatorio en los felinos domésticos, aunque ahora no esté dirigido a la supervivencia.
Muchos gatos, especialmente aquellos que tienen acceso al exterior, conservan un instinto de caza afinado, que utilizan por pura diversión o como entrenamiento.
Los gatos han aprendido a ser oportunistas, y pueden mostrar comportamientos de caza independientemente de si tienen hambre o no. Un gato bien alimentado puede dedicar hasta tres horas al día a la caza, simplemente por el placer de hacerlo.
El regalo de un gato a su humano
Ya sea una lagartija, un pajarillo o un insecto, cada vez que tu gato llega a casa con una pequeña presa entre sus garras, te está haciendo un regalo.
Tú le proporcionas refugio y comida, y él te lo agradece mostrándote su habilidad y destreza.
Los investigadores han descubierto que las hembras son las que más regalos traen a casa, superando a los machos en habilidad y generosidad.
Una teoría sugiere que, además de querer mostrar su destreza, los gatos buscan despertar en nosotros un instinto de caza, ya que nos consideran pésimos cazadores y quieren enseñarnos cómo hacerlo, tal como lo harían con sus crías.
El instinto de caza en los gatos es un componente fundamental de su bienestar y felicidad. Aunque ya no cazan por necesidad, permitirles expresar este comportamiento a través del juego y la interacción es crucial para mantenerlos sanos, tanto física como emocionalmente.