Una raza de gato bella por naturaleza.
El gato tonkinés es el resultado del cruce entre el gato siamés y el burmés, se le conoce también como gato siamés dorado.
A pesar de la popularidad de sus antecesores, los burmeses y los siameses, el tonkinés es una raza de gatos casi desconocida.
Respecto a sus orígenes, en el año 1930, una felina de nombre de Wong Mau, considerada la madre de los birmaneses, fue trasladada a los Estados Unidos, aunque por aquel entonces se desconocía que era una felina tonkinés.
Esta nueva raza se inició cuando Jane Barletta quiso erigir una raza que mezclara las características físicas del gato siamés y el burmés.
Es así como del cruce de un gato siamés de color marrón con un birmano, toda la descendencia será de raza tonkinés. Y en caso de que dos gatos tonkineses tengan crías, estas podrán tener las características de las tres razas mezcladas entre sí.
De otro lado, no fue sino hasta el año 1971, cuando finalmente la raza tonkinés fue oficialmente reconocida por la Canadian Cat Association y por la Cat Fanciers Association en el año 1984.
Sin lugar a dudas, la raza tonkinés es relativamente reciente y una de las más exóticas que existen, valgan verdades es prácticamente desconocida en muchos países.

Guapo, elegante y una mirada cautivante
El tonkinés posee un cuerpo muy bien equilibrado. Es de tamaño mediano, su peso oscila entre los 2.5 y 5 kilogramos por lo que son considerados gatos de tamaño mediano. Su cola es larga y delgada, detalle que los hace verse muy estilizados.
Su cabeza es de forma redondeada, más larga que ancha y con un hocico también redondeado en el extremo. Sus ojos suelen ser almendrados -de color azul cielo o verde azulado-, grandes y muy llamativos. Y su mirada penetrante y cautivante. Sus orejas son medianas, redondeadas y con una base un poco ancha.
El pelaje del tonkinés puede ser de tonos champagne, azul, platino y miel.
Lo mejor para su salud
Los tonkineses son gatos muy robustos. No se les conoce enfermedades típicas de la raza. Tienen una esperanza de vida de 15 a 18 años por lo que se les puede considerar longevos.
La salud del minino está en tus manos. Los exámenes de rutina en el veterinario, el cuidado de su pelaje y la inspección de los oídos, así como el cuidado de sus dientes forman parte de los controles obligatorios para atender a tiempo tal vez alguna inflamación u otra enfermedad que pudiera presentarse.
Cabe mencionar que el pelo corto de los tonkineses es muy fácil de cuidar. Péinalo varias veces a la semana con un cepillo suave o frótalo con un paño húmedo, así conservarás el hermoso brillo para toda su vida felina.

Un gato curioso y cariñoso
El tonkinés es tan cariñoso y amistoso como sus primos burmeses y siameses. Aman la compañía, adoran vivir en familia y recibir muchos mimos. Definitivamente, no les gusta estar solos. Entonces si va a pasar mucho tiempo en casa lo más aconsejable es buscarle un compañero. A diferencia de otras razas adoran a los niños y es muy divertido verlos jugar porque lo hacen a lo grande.
Son curiosos e inteligentes. Pueden aprender trucos y es importante que tengan juguetes para divertirse y entretenerse. Por lo que mantenerlos ocupados física y mentalmente es lo ideal, en estos casos un rascador para trepar y arañar es fundamental.
El tonkinés es bastante comunicativo, le encanta parlotear y seguirte adonde vayas, de modo que si vives en el campo podrías incluso sacarlo con cuidado a dar unas caminatas. Se podría decir que se comporta casi como un perro.
En pocas palabras, el tonkinés es un gato tanto hermoso como amoroso.