El gato desafía la ley de la gravedad

La altura es un problema para muchos, pero el gato desafía la gravedad y practica el equilibrio como nadie.

En una casa, ver a un gato desafiar las alturas de los muebles no es ninguna novedad.

Si vives con un gato, nunca has dudado de su capacidad para desafiar cualquier ley de la gravedad. Ahora podrás tener la certeza de que no es el único. Desde mantener el equilibrio en los bordes de las puertas, pasando por caminar sobre las paredes, hasta colgarse en equilibrio en las salientes más delgadas, los felinos realmente tienen un don. Pero, ¿cómo lo hacen?

Gatos “líquidos”

Como sabemos, los gatos pueden meterse en espacios diminutos. Y esto es todo gracias a su flexibilidad, que se debe a una columna vertebral que les permite retorcerse de una manera que muchos otros animales no pueden hacer.

Los gatos son tan flexibles que un estudio de 2017 investigó si eran “líquidos”.

La investigación valió al físico francés Marc-Antoine Fardin (investigador del Centro Nacional Francés de Investigaciones Científicas (CNRS) en el Instituto Jacques Monod de la Universidad de París Diderot) el Ig Nobel de Física. Un premio satírico que reconoce investigaciones científicas extravagantes e incluso ridículas que, sin embargo, provocan el pensamiento.

Este premio se otorgó en un evento TEDx, que utiliza el formato de conferencia TED pero es organizado de forma independiente por una comunidad local.

“Un líquido se define tradicionalmente como un material que se adapta a la forma de un contenedor. Incluso los gatos cumplen con esta definición cuando entran en macetas, tazones, frascos y copas de vino”, observó irónicamente Fardin en su estudio.

Bromas aparte, es la fisiología de su cuerpo la que les permite no tanto desafiar las leyes de la física, sino aprovecharlas en su beneficio para llegar a cualquier lugar.

Cuerpo con paracaídas

Además de una envidiable elasticidad de la columna vertebral y la ausencia de la clavícula, lo cual le otorga una mayor capacidad de movimiento, los gatos tienen el instinto de caer siempre de pie. Cuando comienza una caída, el sistema vestibular en los oídos se comunica rápidamente con los ojos, logrando así determinar la posición exacta que deben mantener para caer sobre las almohadillas de las patas, o de la manera menos impactante posible. Incluso la cola parece ayudar en la pirueta.

La física del salto

Desde saltos en el aire hasta acrobacias caprichosas, es precisamente la habilidad de “liberarse” en el aire lo que da la ilusión de no estar sujetos a la gravedad. Como hemos mencionado, los gatos son ingenieros natos y tienen la capacidad innata de aprovechar al máximo cada ley de la física en su beneficio.

Gracias a sus patas traseras perfectas, pueden realizar saltos prodigiosos de más de nueve veces su altura. Esto se debe a que aprovechan al máximo la energía cinética al flexionar las patas y estirar todo el cuerpo.

Además, ¿nunca han visto a su gato balancearse antes de saltar? Ese movimiento le permite mejorar la precisión, calentar los músculos y calcular exactamente la fuerza necesaria para llegar a donde quiere.

Equilibrio con los bigotes

Exactamente como en el caso de los humanos, en el oído interno del gato se encuentra el órgano vestibular responsable de su sentido de equilibrio. Excepcional como todos sus otros sentidos.

El mérito radica en un sistema combinado que trabaja al unísono y combina varios órganos: el ojo, el oído, la cola e incluso los bigotes. Los bigotes son, en efecto, órganos sensoriales. Sirven para percibir el entorno externo, mantener el equilibrio y calcular distancias gracias a la presión atmosférica y los movimientos del aire.

Esto es posible porque están conectados al sistema nervioso y funcionan como antenas capaces de transmitir todas las vibraciones recopiladas al cerebro, proporcionando información útil para alcanzar cualquier meta deseada, por más inusual que parezca.

Comparte esta publicación