Cada etapa de la vida cambia el alimento para el gato. Conocer las diferencias entre las necesidades nutricionales de un gatito junior, adulto o senior es fundamental para garantizarle salud, bienestar y vitalidad.
El alimento para el gato, al igual que la de los seres humanos, cambia a medida que envejece. Un gatito junior (es decir, menor de un año de edad) tiene diferentes necesidades nutricionales en comparación con un adulto (entre 1 y 10 años) y un senior (que ha alcanzado los 11 años).
En cada fase, las necesidades de nuestro amigo de cuatro patas cambian, al igual que su cuerpo, hábitos y nivel de actividad y energía. Conocer estas diferencias es esencial para llenar su plato de la manera correcta, asegurándole todos los nutrientes necesarios para mantenerlo saludable.
La alimentación para el gatito junior
Los primeros meses de vida son extremadamente importantes: es en este período que se define el desarrollo físico y comportamental del gato. De hecho, la llegada de nuevos gatitos, durante su primer año de vida, el mismo desarrolla rápido huesos, tejidos, músculos y corazón, pero eso no es todo.
También define su carácter, consolida su rutina y… ¡crece mucho, incluso hasta ganar 100 gramos a la semana en algunos períodos! Un desarrollo tan rápido requiere un adecuado soporte alimenticio que le permita acumular energía y establecer las bases para su futuro como un “gatón” sano y equilibrado.
¿Qué dar de comer a un gatito junior? Generalmente se debería comenzar a comer alimentos sólidos a partir de las tres o cuatro semanas de edad, alternándolos con leche materna si vive con su madre gata, o con una fórmula específica para gatitos. El destete normalmente se completa alrededor de la octava semana.
Los primeros alimentos sólidos deben ser fáciles de masticar. Lo ideal es que tengan una textura suave y un sabor apetitoso para estimular al gatito a probarlos.
Aquí es donde entra en juego la calidad: elegir un buen producto marca la diferencia. En esta etapa de rápido desarrollo, las proteínas animales son fundamentales, ya que de ellas depende el crecimiento y el tono muscular.
Para un crecimiento óptimo, se recomienda una mezcla equilibrada de proteínas, vitaminas y minerales, como la que ofrecen las recetas balanceadas que se encuentran en el mercado, de muchos alimentos específicos tanto para gatos esterilizados como no esterilizados, que proporcionan todos los nutrientes necesarios para el bienestar del pequeño felino.
La dieta para el gato adulto
Se considera adulto (o gato de la tercera edad) a un gato con una edad comprendida entre 1 y 10 años. Durante este periodo, el gato ha desarrollado su personalidad y hábitos que lo hacen único y pasará algunos años en pleno apogeo de su vitalidad.
La función del alimento se vuelve fundamental para su mantenimiento y la prevención de posibles patologías. El ingrediente número uno para su bienestar son las proteínas animales.
Es especialmente importante que el gato consuma regularmente los ingredientes de origen animal que favorece el funcionamiento del metabolismo y regula el sistema digestivo.
Como también el aporte de fibra es importante para regular el tránsito intestinal y controlar el peso.
La alimentación para el gato mayor (senior)
Después de los 10 años de edad, el gato es considerado mayor (senior). Teniendo en cuenta que hoy en día la esperanza de vida media en entornos domésticos es de entre 12 y 16 años, se puede deducir que el número de gatos mayores es bastante elevado.
En esta etapa de la vida, los gatos necesitan cuidados y atención adicionales: se vuelven más delicados, tienen menos energía física y les resulta más difícil moverse, lo que puede llevar a una pérdida de apetito y una mayor dificultad para alimentarse.
Lo que sus tutores humanos pueden hacer es asegurarles una vejez serena, saludable y llena de bienestar. ¿Cómo? También en esta edad la alimentación juega un papel clave.
En primer lugar, es importante garantizar el adecuado suministro de vitamina D y minerales que mantengan los huesos y los dientes fuertes, ralentizando el deterioro asociado con la edad. Además, es importante no excederse en el consumo de fósforo para reducir el riesgo de problemas renales, los cuales son mucho más comunes en los gatos mayores.
Los ácidos grasos esenciales son útiles para mantener un pelaje sano, mientras que, para apoyar la masa muscular, es necesario proporcionar proteínas de calidad que no sobrecarguen los riñones.
También se debe prestar atención a la consistencia: los alimentos deben ser más blandos para facilitar la masticación. En el caso de gatos especialmente mayores, a veces se prefiere la comida húmeda precisamente por esta razón.
Por último, nunca debemos olvidar el factor de la apetibilidad: los gustos de los gatos son refinados y es bien sabido que no dudarán en rechazar alimentos que no les agraden o que no estén a la altura de su paladar noble.
Concluyendo este artículo, queda claro que la alimentación adecuada es un pilar fundamental en la salud y bienestar de nuestros queridos gatos a lo largo de su vida. Diferenciar la alimentación en las etapas de edad, desde recién nacidos hasta gatos de tercera edad, es esencial para proporcionarles los nutrientes específicos que necesitan en cada fase.
Asimismo, siempre debemos estar atentos a las necesidades individuales de cada gato, ya que algunos pueden tener condiciones médicas específicas que requieran una dieta especial.
Consultar con un veterinario y realizar visitas periódicas para evaluar el estado de salud de nuestro amigo felino es crucial para ajustar su alimentación según sea necesario.