Visitar al veterinario con tu gato

Visitar al veterinario con el gato y que todo salga bien, no es una cosa común, todos lo sabemos. Los gatos adultos debieran ir al menos una vez al año al veterinario para sus vacunas, después de cumplir los siete años visitarlo cada seis meses y por supuesto ir de inmediato cada vez que no se encuentren bien de salud.

No obstante, un gran número de personas no llevan a sus gatos a visitar al veterinario porque realmente es casi una tragedia. 
Créanlo, no es así. 
Hoy en día, existen algunas estrategias que podemos poner en práctica para que la tarea sea menos difícil.

Empecemos desde el principio:

  1. Los gatitos. Deben ir por primera vez a los dos meses de edad para su primera vacuna y control. Intenten que ese día agradable. No lo fuercen a meterse a la jaulita, sean amables y cuando entre denle una recompensa. La persona que haga eso debe estar calmada para que el gatito no se sienta nervioso. Es recomendable que los gatitos vean siempre su jaulita en casa para que no se escondan al verla. Una buena idea es quitarle la puerta y colocar mantitas dentro a modo de camita o escondite.
    Son preferibles las jaulas que tienen puerta y que además se les puede quitar el techo. Eso facilita el trabajo del veterinario cuando el gato es agresivo.
  2. Los paseos. Además de acostumbrar al gato a la jaula, también hay que acostumbrarlo a las salidas. Si tienen auto, es bueno meterlo a la jaula y dar una vuelta en el auto. Y de regreso en casa darle un premio.
  3. Si el gato detesta la jaula, pueden colocar un spray relajante dentro, pero nunca medicar al gato ni siquiera con productos naturales.
    La mantita que va dentro no debe estar recién lavada para que sienta su olor, la sienta familiar. También, conviene llevar otra de repuesto por si vomita, se orina o defeca, y papel toalla para limpiar.
  4. La distracción. Si el gato está nervioso o agresivo en el veterinario se le puede distraer dándole de tanto en tanto una golosina rica, de esa forma el gato va a asociar el veterinario con la recompensa.
  5. Juntos como hermanos. Si hay varios gatos en casa y uno de ellos es muy nervioso, sería bueno llevar a los dos. El gato amigo podrá calmar al gato paciente aunque sea con su presencia. Una vez más, de regreso en casa recuerden darles su recompensa.
  6. La seguridad. Un par de días antes de la cita es conveniente cortarle las uñitas al gato. Por la seguridad del veterinario y la de todos. Al final de la “paticure”, un premio sienta bien.
  7. Prefiere una clínica exclusiva para gatos. Si para el gato es realmente un sufrimiento ir al veterinario, prefieran una clínica exclusiva para gatos, donde no van a haber ladridos ni olores de perro, y donde además el ambiente y el personal están debidamente entrenados para trabajar con felinos.

Como todo, la constancia puede lograr que la conducta del gato mejore en lo que respecta a visitar al veterinario. Lo ideal es empezar desde pequeños con las recomendaciones que hemos dado. Y si el gato lo pasa realmente les recomendamos consultar por la visita del veterinario a domicilio, lo más probable es que en su casa se sienta más tranquilo.

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