Las mudanzas, ingreso de personas o mascotas nuevas y otras situaciones similares son fuentes potenciales de estrés en la convivencia de nuestro gato.
En este artículo acompáñanos a identificar las situaciones en las que debemos tener cuidado y qué hacer para minimizar el estrés.
La susceptibilidad al estrés es una característica felina que predispone a nuestros gatos a exhibir signos de miedo, estrés o ansiedad si existen cambios repentinos o constantes en la rutina diaria, ambiente físico o entorno social.
Situaciones como las mudanzas, cambios en la distribución del hogar, cambios en los horarios de trabajo, ingreso y salidas de personas o mascotas (Ver Cuadro 1), pueden hacer que nuestro gato se estrese y no reconozca este “nuevo ambiente” como un espacio seguro.
Se convierte en “nuevo ambiente” porque hay cambios de posición, nuevos olores, nuevas texturas e incluso nuevas rutinas.
A partir de esa pérdida de la familiaridad en la distribución de sus recursos (bandejas sanitarias, comederos, zonas de descanso), olores (objetos nuevos, personas y mascotas nuevas) y rutinas (cambios de horarios), comenzaremos a observar algunos problemas de comportamiento, lo cual afecta su bienestar emocional e indirectamente la relación con nuestro gatuno.
Cuadro 1 Situaciones desencadenantes de estrés para el gato
Rutina Diaria | Ambiente físico | Entorno social |
Cambios en horarios de alimentación, juego y descanso | Mudanzas | Ingreso de personas nuevas |
Cambios en horarios de trabajo del tutor | Reparaciones en el hogar y renovación de muebles | Ingreso o salida de un gato |
Disminución de los horarios de juego y caricias | Cambio en la distribución de la casa | Ingreso o salida de otra mascota |
Viajes constantes sin programación | Restricción de espacio | Salidas de personas familiares o tutor principal |
Algunos gatos pueden adaptarse muy bien a estas situaciones y les puede tomar horas o un par de días para adaptarse al cambio.
Sin embargo, existen un gran número de felinos que experimenta estrés por varios días o semanas, lo cual se torna peligroso para su salud física y emocional.
Por ello, es importante que cualquier cambio a realizar en nuestra rutina (que incluya a nuestro gato) se realice de manera gradual, amistosa y con el tiempo necesario para preparar conductual y emocionalmente a nuestro gatuno.
Por ejemplo, si vas a realizar refacciones en el hogar o cambiar la distribución de los muebles, puedes restringir el acceso de tu gato a estas zonas mientras se esté trabajando en esos ambientes. Una vez terminado el trabajo, puedes invitar a tu gato a explorar este “nuevo ambiente” para que se familiarice de nuevo.
Puedes ofrecerle una sesión de juego, premios secos o alimento húmedo para motivar su interés, o incluso puedes usar la estimulación olfativa como el catnip o feromonas sintéticas para aumentar su conducta exploratoria con los nuevos elementos.
Esta presentación amistosa facilita la adaptación de nuestro gato al nuevo ambiente y prevenimos la aparición de problemas de comportamiento. El mismo ejercicio puedes realizar si vas a introducir objetos nuevos al hogar.
En el caso de ingreso de personas nuevas, podemos comenzar trayendo una prenda con su olor para que el gato se familiarice gradualmente, de manera que reconozca elementos familiares (olores) cuando la persona nueva realice la mudanza total.
Ahora que sabemos la importancia de un ambiente predecible y amigable, debemos poner en práctica estos consejos cuando implementemos un cambio en la vida de nuestro gatuno.
Si la situación o el cambio incluye mucho estrés (ingreso de gatos o perros, mudanzas, etc.) puedes buscar asesoría profesional para guiarte en el proceso de adaptación y facilitar una convivencia armoniosa libre de estrés.