Eligiendo el mejor nombre para mi mascota

Allá por el año 2007 una amiga debía salir de viaje al extranjero sin retorno a Lima y era imposible para ella llevar consigo a su perrito por lo que empezó a buscar un hogar dónde encargarlo.

En nuestra casa estábamos saliendo del fallecimiento de “Hooker” quién nos había dejado un gran vacío en nuestros corazones. Ya no había esa alegría con sus ocurrencias, y sobre todo su comprensión y compañía porque aunque no lo crean Hooker era capaz de identificar tus estados de ánimos y según esto era su comportamiento. Sabía cómo alegrarte, cuándo era necesario su compañía y también cuándo ser propiamente él.
Volviendo a la mascota de mi amiga y al ver que no encontraba un hogar para su perrito, decidimos adoptar a Gordo que era así como se llamaba.
Los días iban pasando, se hicieron las coordinaciones para el traslado, me imagino que el desprenderse de un perrito, que es miembro de la familia, debe ser muy complicado pero queda la satisfacción de saber que está en un buen hogar, por eso como aprendizaje y primer consejo:

Adopten perritos, denle un hogar apropiado y sobre todo dense la oportunidad de compartir su vida junto a uno y aprender mucho de él”.
Llegó el gran día en que tendríamos en casa a Cooper, que aún no tenía ese nombre sino Gordo.

Durante el día estando aún en el trabajo, recibo la confirmación que el nuevo integrante ya estaba en casa, desde ese momento hasta el término de mi jornada de trabajo no tenía otro pensamiento que llegar a casa para conocerlo.
Ya estando en casa, al abrir la puerta veo en una esquina, un lindo perrito blanco con manchitas color caramelo en el cuerpo, ¡sí!, era muy parecido a “Milo” el perro de la película “La Máscara” sólo que estaba muy tímido.
Pues claro, se encontraba en un nuevo ambiente, con gente desconocida, y al no ver a su familia alrededor, entró en pánico, por lo que tuvimos que ser muy pacientes con él para que logre entrar en confianza.
Pasaron entre 02 a 03 días para que empiece a caminar por la casa pero siempre con el temor de cuando se encontraba con alguien corría a su rincón inicial donde siempre estaba. Al llamarle por su nombre tampoco hacía caso “Gordo” y en lo personal tampoco nos agradaba ese nombre que hacía referencia a su antiguo aspecto físico, es igual que con las personas, debemos respetarnos y no tratarnos por nuestra apariencia o calificativos de nuestros rasgos físicos.
Una noche casi llegando a las 0 horas y aún no teniendo un nombre al que respondiera nuestro nuevo compañero, estaba avanzando algunos temas del trabajo mientras veía un canal musical por cable como para no quedarme dormido. Justo estaba dando una programación de música de los 80s, vídeos clásicos con sus característicos colores, luminosidad y alegría por decirlo así, después de una tanda comercial empieza a sonar una canción de Alice COOPER, y, lentamente empieza entrar al dormitorio Gordo. Se sentó y se quedó viendo la Tv seguro atraído por estos colores o la personalidad del cantante, sólo él sabe lo que le llamó la atención así que le pregunté: Te gusta lo que estás escuchando, obviamente no contestó pero era tanto su concentración en el vídeo que así fue como llegó el nombre de Cooper.
A la mañana siguiente presento el nombre a la familia, les pareció bueno el nombre ya que obviamente no podría ser Alice. Empezamos a llamarle de esta manera y Cooper entró en confianza, poco a poco a mover la cola, a correr de un lado a otro entre la sala y los dormitorios, clásico era aplaudir y hacerle fiesta para que inicie su rutina de correr por todos lados. Cooper pasó a ser uno más de la familia teniendo su lugar bien ganado en nuestros corazones.
Aprendizaje y segundo consejo: Si bien es cierto en internet puedes encontrar muchas recomendaciones para nombres de mascotas, es mejor buscar algo que sea más personal, que lo caracterice o los identifique a ustedes con él.

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