Maltrato animal: Abuso y crueldad…

lo que no se conoce, no se puede cambiar.
Hace cuarenta o treinta años atrás, el tema de maltrato animal pocas veces veía la luz pública, pero con el paso del tiempo la sensibilidad y la inmediatez de las redes sociales han devuelto la esperanza y la dignidad de vida a muchas mascotas tratadas con crueldad.

En la actualidad, el mundo es más pet lover y pet friendly, términos que reflejan el cuidado, atención y amor del que disfrutan las mascotas más afortunadas porque valgan verdades, millones y millones llevan una vida miserable.

En el Perú a pesar de la falta de estadísticas es bien sabido que muchos perros y gatos sufren a diario los embates del infortunio y la crueldad humana en las formas más inimaginables. Por ello, revisaremos las acciones que se están llevando a cabo en Italia, a través de Edgar Meyer, presidente de la asociación italiana Gaia Animali & Ambiente para recoger y replicar en el país lo que se pueda de su experiencia.

Los crímenes más extendidos

El delito más común después del maltrato animal es el matar animales. Y el tercero es el abandono y detención de animales en condiciones incompatibles con su naturaleza. Esta es la penosa clasificación a la que se suman los crímenes por casa ilegal, asesinato de otras especies, tráfico de cachorros, espectáculos y eventos prohibidos. Muchos de ellos, manejados por mafias organizadas. Y por si no lo saben, los perros abandonados son hasta un negocio para algunos. Nos referimos a los que crean y administran albergues ilegales con deplorables condiciones de higiene, hacinamiento y desnutrición. Manteniendo más perros o gatos de los que soporta la infraestructura a fin de recaudar dinero de personas o entidades de buena voluntad. Y es que a más criaturas dando lástima más dinero pondrán en sus bolsillos. Informarse entonces resulta muy importante.

Las personas violentas primero maltratan animales y luego…

Edgar Meyer explica que la crueldad hacia los animales es uno de los componentes de la personalidad violenta. En Italia, por ejemplo, se analizaron 278 casos en los que uno o más malos tratos a animales fueron seguidos por delitos contra la persona. En el 93% de los casos, los abusadores fueron hombres; el 54% de las víctimas fueron mujeres, 24% niños, 5% hombres, 3% ancianos y víctimas mixtas un 14%. Cifras que deberían ser suficientes para endurecer seriamente las sanciones por crímenes contra animales, aunque solo sirva para disuadir futuros hechos inaceptables.

Cabe mencionar que la violencia doméstica y sexual, el acoso y los asesinatos vinculados al crimen organizado se cuentan entre las principales tipologías de abuso relacionadas con víctimas animales y humanas.

¿Qué podemos hacer?

Continuar creando conciencia, educar a los niños y jóvenes en las escuelas y despertar la sensibilidad porque los animales sufren y sienten como nosotros. Al respecto, Gaia Lex es el centro de acción legal de Gaia Animali & Ambiente; una red de abogados con representantes en muchas regiones de Italia especializada en derecho animal, con profesionales motivados y sensibles. Y la motivación es aquí una plusvalía porque las causas se estudian con especial cuidado y pasión.

Este centro se creó para ofrecer asistencia legal a ciudadanos y asociaciones en torno a temas ambientales y de protección animal. Sus principales objetivos son brindar consultoría, asistencia y apoyo concreto a fin de garantizar la intervención y defensa en cada caso.

La asociación proporciona consejos simples por correo electrónico sobre regulaciones y leyes de forma gratuita y voluntaria. Sin embargo, si se requiere intervención profesional como defensa en un procedimiento, intervención contra administradores de condominios, auditores, entre otros, los abogados a título personal, no la asociación, solicitan un reembolso. Asimismo, atienden numerosas demandas contra quienes atentan a los animales, y en estos casos, Gaia Animali & Ambiente asume la parte civil en los juicios.

Lamentablemente, en la violencia contra los animales muchas son las demandas que no prosperan por lo que habría que endurecer las sanciones, aumentar las penalizaciones, dado que muchos casos graves terminan con sentencias suspendidas. Y estas no son solo ideas de los activistas por los derechos de los animales.

Se necesita llevar a los animales al rango de víctimas humanas. Lo que está en camino de hacerse en muchos países.

A la hora de actuar, tengamos esto en mente:  Los derechos de los animales están protegidos por conciencia, con proyectos concretos, con iniciativas en el área y también con abogados muy capacitados.

¡¿Lo están maltratando?! Las señales que debemos tener en cuenta para actuar y denunciar

Salvo que seamos testigos presenciales de un abuso animal para hacer la denuncia correspondiente, hay señales que pueden advertirnos del hecho y que no se pueden ignorar. A saber:

– Gritos e insultos constantes hacia el animal.

– Heridas, llagas, costras, áreas sin pelo, abundante secreción en los ojos y la nariz u otros problemas de salud que persisten en el tiempo. Obviamente, el animal no recibe tratamiento.

– Se rasca sin parar. Posible presencia de parásitos, pulgas, garrapatas o dermatitis sin tratamiento. 

– Cuencos de agua y comida sucios o vacíos, y más si el animal es relegado al jardín, son una clara señal de que los propietarios ya ni siquiera interactúan con su mascota. 

– Abrigo de polar en verano, ropa sucia y maloliente, uñas muy largas porque el animal no se mueve lo suficiente como para gastarlas. Pelo enredado y opaco son señales de que no lo cepillan, no lo bañan ni lo atienden.

– Collares de descarga eléctrica -de uso ilegal, pero compra legal-, collares y tirones estranguladores. Collares con puntas metálicas internas, collares “hundidos” en la piel del cuello porque están tan apretados o porque nunca se lo cambiaron a pesar de que creció el perro. Todas estas son señales de actitud violenta y descuido a expensas de la salud del animal.

– Cojera, dificultad para moverse o pararse erguido. Posible consecuencia de violencia o una patología no tratada.

– Animales confinados en balcones o terrazas durante horas y horas que no tienen contacto con los miembros de la casa, pueden caerse, deshidratarse, o sufrir un golpe de calor en verano o de hipotermia en invierno.

Una voz desde el frente…

Todos los días no faltan noticias sobre maltrato, abuso y muerte de animales domésticos alrededor del mundo. Esto ocurre gracias a una mayor visibilidad del problema en los medios. 

En medio de estas situaciones lamentables, hoy por hoy, las personas son más sensibles al sufrimiento de los animales. Ya no miran al otro lado, sino que denuncian. Y en la era digital, las denuncias no se detienen en las redes sociales, incluso la radio y la televisión se inclinan a dar visibilidad a estas situaciones particularmente sangrientas porque “son noticia”.

En mi opinión, el fenómeno de maltrato y abuso de mascotas diera la impresión de estar creciendo, cuando afortunadamente está disminuyendo. Más bien, son las cifras de violencia doméstica animal las que siguen siendo aterradoras y los casos horripilantes. Sí, resulta realmente insoportable el nivel de crueldad y sadismo en estos casos.

Por otra parte, lo que sí ha aumentado de manera alarmante es el fenómeno del “abuso legal” perpetrado contra los animales de la industria ganadera -vacas, corderos, chanchos, pollos, pavos, entre otros.

Por eso, la falta de empatía -hija de la ignorancia-, el atraso cultural y la falta de educación y de respeto por el otro deben ser erradicados en la edad escolar, en la niñez. La violencia contra los animales y la violencia contra los humanos son vinculantes. Se estima que el 40% de los culpables por actos de violencia abusaron de animales cuando eran niños.

Una verdad que no debemos pasar por alto.

Agradecemos por la información para este artículo a Edgar Meyer, presidente de la asociación italiana Gaia Animali & Ambiente; además es portavoz de Diamoci La Zampa, periodista ambiental y activista de derechos de los animales. Cuenta en su haber con una amplia experiencia institucional como jefe de la Oficina de Derechos de los Animales de varias municipalidades italianas y en la provincia de Milán.

Comparte esta publicación