Se perdió mi perro: la importancia del uso de la correa

Hace unos años, un día tan habitual como lo era para mi peludo Spot, daban aproximadamente las cinco y media de la mañana y él iniciaba su rutina solicitando salir al parque.

Spot que para ese entonces tenía 1 año solía encontrarse en el parque con África, una perrita Rottweiler color oscuro. África es mucho mayor y más alta que Spot pero lograron hacer un buen equipo para divertirse conjuntamente. Todas las mañanas antes de salir al parque era necesario buscar su correa y obviamente su bolsita para recoger los “regalitos” que él dejaba.

Por favor, recuerden que el parque es un lugar en común para humanos y mascotas, ambos tienen derecho a ese espacio.

Respetémonos entre nosotros y a ellos también, así que recoge las excretas de tu mascota.

Ya andábamos por la calle Spot y yo, él siempre al costado, como cachorro que es jugando con la correa y jalando la misma para llegar lo más pronto al parque. Yo mientras caminaba pensando, organizando las actividades en mente del día de trabajo. Llegamos a la esquina en que inicia el parque y ya empezaba a desesperarse porque había divisado a lo lejos a África por lo que Spot ya quería librarse de la correa para iniciar a correr y jugar con ella.

Gran alegría para él cuando hicimos un alto a la caminata y quitándole la correa le dije: Vaya a jugar.

Mismo rayo partió la carrera al encuentro de su amiga, mientras yo me iba acercando al parque saludo a José quien también temprano llevaba a África a pasear. Tengo que mencionar que Spot es muy amiguero tiene más amigos que yo aquí en el barrio tanto así que cuando salgo con él más lo saludan a él.
Iban pasando los minutos y ya estaba aclarando la mañana por lo que ya era necesario alistarnos para regresar a casa pues tenía que salir al trabajo. De pronto apareció un perro ya adulto y más grande que Spot, a quién Spot se le acerca para hacerle el juego de iniciar las carreras pero éste no entendió los ánimos de jugar y le gruñe con intento de morderle. Spot asustado inició la huida hacia cualquier lugar que sea lejos de él.

Empecé a llamarle y no hacía caso, creo que ni me despedí de José e inicié la búsqueda de Spot.

Eran las 6 en punto de la mañana cuando Spot se perdió

Comencé a caminar las calles aledañas, llamándolo y nada de aparecer. Dentro de mí pensaba “pobre Spot se debe haber asustado mucho para que salga corriendo de tal manera que se olvidó de todo”.

Siendo casi las 06.30am y tras una búsqueda sin resultado regresaba a casa preocupado, no pudiendo creer lo que había pasado, pensando en sacar mi bicicleta y llamar al trabajo para indicar que no podría presentarme por motivos personales iba caminando presurosamente a casa. Cuando al doblar la esquina lo primero que veo en la puerta bien es bien sentado a Spot esperando a que le abran.

Mi primera reacción fue guardar la calma para que no vuelva a correr, decirle Spot espérame allí para que me reconozca y una vez ya junto a él lo cargué y lo abracé fuertemente.

Como enseñanza me queda que es mejor sacarlos con su correa para evitar que se peleen, aquí en la calle hay mucho perro que anda suelto que las personas dejan que anden por donde sea sin importar qué es lo que hacen en la calle, eso es irresponsable.

También cuando estemos en el parque o un lugar público, no debemos confiarnos y perder de vista a nuestros perritos sabemos cómo se comportan, o vamos conociendo y educando pero no sabemos cómo reaccionaran los perros de los demás. En este caso Spot como cachorro iba con ánimos de jugar pero no fue bien recibido.

Pasado el susto llegó el momento de contar en casa lo sucedido. Terminada la historia fuimos rápido a abrazar a Spot. Tan sólo imaginar de no tenerlo o que se haya perdido y no saber de él, si estaría bien, si habría comido, si las personas que lo encuentren tendrían paciencia con él, o cómo estaría en la calle asustado sin conocer a nadie.

Ese pensar hizo que todas sus travesuras fueran perdonadas por un buen tiempo.

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