Para niños y mascotas es maravilloso crecer juntos, es la oportunidad que ambos puedan aprender uno del otro muchas cosas.
Cuando una familia con niños le da la bienvenida a una mascota, la vida de los pequeños se vuelve más plena y activa. Estudios demuestran que un niño que vive y crece con un perro puede lidiar mejor con el estrés y el sobrepeso, por ejemplo. Los beneficios de la convivencia entre niños y mascotas contribuyen al fortalecimiento de los mecanismos psicológicos relacionados con el proceso de crecimiento. En definitiva, un niño con mascota muestra una personalidad más segura de sí.
Crecer con un animal en casa es una experiencia muy buena para el desarrollo emocional del pequeño porque de la relación niño-animal solo pueden surgir experiencias que impactarán positivamente en su crecimiento:
- Proyección: El niño que tiene un animal tiende a proyectar sobre él sus ansiedades y miedos. La transferencia de estas emociones le permite tener una mayor estabilidad emocional durante su crecimiento.
- Identificación: Cuando se vive con un cachorro, el niño puede expresar sentimientos que de otra manera no podría exteriorizar, como si pudiera reconocerse a sí mismo en el animal.
- Sentido de responsabilidad: Un niño que cuida a su mascota aprende a cuidar a los demás porque se ve involucrado en el cuidado de un ser que no es él mismo.
- Comunicación: Crecer con una mascota ayuda al niño a mejorar cualquier tipo de relación y, en especial, los problemas de lenguaje.
- Motivación: Vivir con un animal tiene un efecto calmante. El cuerpo del niño produce endorfinas que ayudan al buen humor y la recuperación psicofísica en caso de enfermedad.
Los animales ayudan a los niños a recuperar la fuerza perdida luego de una enfermedad o un trauma. La cercanía de un animal y su gran afecto disminuyen la sensación de aislamiento y tristeza causada por períodos largos de enfermedad.
Y no solo eso…
Crecer con una mascota le permite al niño lidiar con los grandes temas de la vida como son el nacimiento, el apareamiento o la muerte.
La presencia de una mascota también puede ser de gran consuelo para enfrentar el nacimiento de un hermano pequeño, un momento siempre difícil para el hermanito mayor.
Vivir con una mascota le enseña al niño a tomar conciencia de que un perro o un gato no son juguetes, son animalitos que necesitan cuidados, un auténtico compromiso y mucho amor. Sin duda, un niño y mascota es sinónimo de una infancia feliz.
Unos consejos
- Supervisa siempre el juego entre tu niño y su mascota.
- No permitas que tire de sus orejas, lo pise o lastime porque el animal podría reaccionar y morderlo.
- El niño debe aprender a respetar la hora de comida de la mascota.
- Evita que meta la mano en su plato mientras come.
- Algunos niños suelen ser incansables, pero las mascotas no. Se cansan, así que lo mejor será darles su espacio para tomar agua, comer y descansar.
- Las mascotas no son juguetes son seres vivos que sienten.