Los perros son nuestras mascotas preferidas, nuestros fieles compañeros y en muchos hogares son prácticamente un miembro más de la familia.
Y también hay otros perros, que por su inteligencia y habilidades singulares más que en una buena compañía se convierten en parte de la vida misma de las personas que los necesitan.
¡Hablamos de las mascotas que trabajan!
Las mascotas que trabajan poseen características especiales, por lo general son perros sociables, de carácter estable y equilibrado. Sin embargo, lo que realmente las distingue es su sensibilidad tan particular, que las hace estar preparadas para responder oportuna y acertadamente a las situaciones que se les presentan.
Las razas de trabajo por excelencia son: labradores, retrievers y pastores porque, además de su tamaño, responden muy bien a las técnicas de adiestramiento especial para actuar en caso de rescate, detección de sustancias ilegales y asistencia, entre otros.
Los perros que trabajan se dividen por categorías según la labor para la que se les adiestra, como los perros de rescate que cumplen un rol vital buscando entre los escombros a las víctimas después de un terremoto, los perros policías que se clasifican en las siguientes categorías: perros detectores (narcóticos, explosivos, minas), perros de intervención (delincuentes, ladrones), perros de salvamento (terremotos, avalanchas), y por supuesto los perros de asistencia que se convierten en los ojos, oídos y más de las personas con discapacidad.
Lo que hace un buen adiestramiento
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Los perros adiestrados brindan a sus dueños la seguridad, protección y confianza que necesitan para salir de casa y enfrentar a la ciudad, evitando situaciones de peligro o accidentes, así como compañía, cariño y fidelidad extremos.
Entrenamiento vs. Adiestramiento
No es lo mismo entrenar a un perro que adiestrarlo. El adiestramiento es mucho más profundo porque implica colocar la vida de alguien “en las patas” de un perro, ni más ni menos.
Los perros de rescate, por ejemplo, deben tener un instinto de caza elevado para que puedan hacer lo que deseamos. Su grado de atención también es tan importante como su iniciativa porque deberán resolver rápida y apropiadamente las situaciones que les toque enfrentar.
Un buen adiestramiento solo es posible cuando existe un vínculo significativo de amor y respeto entre el adiestrador y el perro. En cada sesión, éste debe demostrar obediencia, agilidad, soltura y habilidad para sortear los obstáculos que se le presentan a medida que va ganando confianza en sí mismo.
Adiestrar a un perro de trabajo es una labor que no termina jamás, solo la constancia será capaz de ayudarnos a obtener los mejores resultados.