¿ Yo mi familia y mi perro, es justo considerarnos una manada?
Un perro es un animal social. Debido a la domesticación, ha perdido muchos de sus instintos salvajes, pero aún conserva algunos de ellos, como la necesidad de tener una manada.
A pesar de los muchos estudios realizados sobre el comportamiento social del perro, existen aún debates y opiniones al respecto de qué lugar ocupan nuestro fiel amigo dentro de nuestra familia, ¿es correcto llamarnos manada?
Aclaremos algunos puntos:
Al respecto de estructuras o sistemas sociales, estudios recientes han demostrado que la teoría de los lobos “alfa” es más mito que realidad, donde se pensaba que el famoso lobo “alfa” ejercía orden y control a través de agresión y sometimiento a la fuerza de los demás miembros de su “manada”.
Esta teoría ha sido refutada por biólogos, y ya no se considera válida en los mismos lobos, entonces, ¿por qué la consideraríamos para el perro?
A través de estudios recientes, se ha demostrado que realmente la relación entre los lobos de un mismo grupo (los cuales usualmente son padre, madre y crías), presentan más un modelo padre-familia.
Donde el lobo a cargo (mal llamado “alfa”) se porta como padre, guiando, enseñando y cuidando de los miembros de su “manada”. Se ha descartado el modelo social de jerarquía competitiva (“quién es más que quién” a través de peleas) que se pensaba.
Así, las ideas sobre el entrenamiento y educación de nuestro perro no tienen que apoyarse en métodos basados en reglas o modelos de “dominancia – jerarquía”, ya que éstos asumen que los perros están comprometidos a pelear por la supremacía y desafío constante entre los miembros de su familia, lo cual es totalmente falso.
Los perros presentan un patrón de comportamientos con los miembros de su familia humana, el cual se ve afectado por una variedad de factores, que incluyen su genética, su socialización, los recursos disponibles, el miedo, los conflictos, el aprendizaje, etc.
Ni ellos intentan dominarnos, ni nosotros tenemos que dominarlos a ellos. Probablemente, al igual que nosotros, solo quieren convivir armoniosamente.
¿Por qué nuestro perro nos querría “dominar”, si nosotros le brindamos los recursos que necesita (comida, agua, juego, lugar de descanso, etc.)? No tiene mucho sentido, ¿verdad?
Entonces, ¿Por qué surge algunas veces agresividad hacia los miembros de la familia (entre otros problemas de convivencia)?
Probablemente sea porque a la percepción de nuestro fiel amigo, podemos algunas veces portarnos amenazantes, al usar métodos de educación basados en castigos verbales/físicos (vehiculizados por miedo), y/o simplemente por falta de entendimiento al respecto de ciertas conductas propias de la especie y sobre el perfil emocional/conductual de nuestro compañero (como individuo único).
Empecemos a utilizar términos más adecuados como “grupo social” en vez de “manada”, y “guías” en vez de líderes, dejemos de lado la idea de que los perros son como los lobos y nos quieren dominar de todas formas, y que “hay que enseñarles quién manda”.
Puedes lograr la convivencia armoniosa si entiendes y respetas la percepción de tu fiel amigo, para cada cosa que te parece “inadecuada” o “problemática” hay una explicación apoyada por estudios científicos, y tienen una manera de trabajarse adecuadamente, que cuida su bienestar físico y emocional, y el de todos los miembros de tu grupo social o familia.